sábado, noviembre 05, 2011

PETERSEN, ESE HOMBRE

No puedo creerlo. En serio, no puedo. Me tragué "La tormenta perfecta", que en mi opinión lo mismo podrían haber titulado "El bodrio perfecto", y me pareció un perfecto truño de arriba a abajo. Un amigo mío la definió con mucha gracia como: "Sabemos que hay una tormenta que nos va a hundir, ¡vamos a por ella!". Y no le veo mucha más punta.

Y ahora me entero (soy un desastre en relación a nombres, directores, etc.) de que el director, Petersen, es el mismo de "Das Boot" (1981), de esas que yo considero PELICULÓN con mayúsculas. Vi esa película en casa del pequeño de mis hermanos mayores (tengo tres, no voy a numerarlos), versión extendida, y disfruté como pocas veces en mi vida. Es difícil hacer películas de submarinos que me lleguen al corazón, la verdad. No soy muy pro-cine bélico, aunque sí me gusta "La gran evasión" o "La delgada línea roja"; pero "Das boot" se hizo un lugar en mi corazoncito, me dejó una impresión duradera, y me hizo pensar. Todo ello con personajes humanos, de los que puedes entender (¡y hablamos de nazis! ¿En cuántas películas nos hacen empatizar de verdad con "los malos" de la segunda guerra mundial?)y un guión con momentos de tensión sublimes, y en el que no hay los clásicos diálogos paternalistas tipo "el espectador es tonto, vamos a sobreexplicar". Por favor, que estamos viendo a gente que se ha pasado la guerra entera juntos en un espacio cerrado pequeñito, ya hay cosas que se sobreentienden. Entre ellos, en sus diálogos, y de cara al espectador. Osea, que en muchas ocasiones ves al capitán y a su segundo que intercambian una mirada, y para qué meter tres horas de diálogo, si ya ha quedado claro qué tiene que hacer cada uno.

Personalmente "Das boot" me enamoró. Hasta la fecha no había visto nada más de este director (que yo sepa... como ya he dicho voy harto despistada en cuanto a la vida y obra de cada uno, menos mal que mi marido sí se entera y de paso me informa), y ahora, hoy, hace apenas diez minutos de hecho, he visto otra obra cumbre suya.

A muchos les va a sorprender, sobre todo sabiendo que soy "niñomonofóbica". Pero ahí va:

"Troya".

Estoy oyendo ya a la horda viniendo a pegar fuego a mi pobre blog por dar una crítica positiva de lo que fue un gran fracaso en taquilla, un bodrio infumable, y un montaje pésimo con actores cariguapos como Brad Pitt y Orlando "Legolas" Bloom. Y sí, fue todo eso y más. Lo que hay que tener en cuenta es que por lo visto a este director le metieron tijera hasta en el caracú para adaptar este film a lo que los productores consideraban comercial.

Ca-ga-da.

Hoy he visto la versión extendida, y señor Petersen, ha recuperado mi respeto. Pudo no gustarme "La tormenta perfecta", pero con "Troya" se redimió, en mi opinión. Me encantan los diálogos, breves y contundentes, entre los distintos personajes. Me encanta cómo adapta ciertas cosas, saltándose alegremente "La Ilíada", para acoplar la historia a su visión sobre la guerra. Me encanta cómo transforma personajes femeninos que en la obra original obviamente eran excusas para que los personajes masculinos actuaran en personas tridimensionales (lo siento, cada vez que veo que alguien hace eso en una película gana en mis respetos, es mi punto débil y lo reconozco). Me encanta cómo adapta a Aquiles, de arriba a abajo; cómo pasa de ser una mera encarnación de Ares, desquiciado, loco y violento (a la Ilíada me remito) a ser una persona compleja, con motivaciones, momentos de ira y de arrepentimiento; cómo lo ves pelear y comprendes el apelativo "Aquiles el de los pies alados"; cómo muere y puedes pensar que efectivamente, los soldados que lo encontraron pudieron creer que su único punto débil era el talón; cómo camina, pelea y anticipa golpes con gracia sobrehumana, cosa que en la Antigüedad hubiese dado paso a que se le viera como semidios. Y a mí misma no me queda claro si, viéndolo luchar, no hubiese pensado lo mismo.

Detalles estéticos, además, que no hay que ignorar: Helena y Aquiles son los únicos rubios, algo altamente antinatural, y que los señalan como tocados por los dioses. Son cosas sutiles, pero interesantes si te fijas en ellas. La arquitectura de Troya, con sus influencias egipcias y persas, me ha enamorado; los peinados son una delicia, al vestuario le doy un diez, y a las escenas de pelea y de grandes batallas lo mismo, ya que algunas de ellas han conseguido ponerme la piel de gallina, tanto por su dimensión heroica en un inicio como por la fealdad del "efecto horda" de su final.

Mis grandes amores de la película, como no puede ser de otra manera, son Príamo, Héctor y Odiseo. Príamo es un padre magnífico, un rey amante, el mejor de los hombres y un mal estratega. Héctor es maravilloso como hermano, persona, hijo y estratega, un gran soldado, un esposo como no hay dos, un padre atento; su única debilidad es su hermano... pero cuando tu hermano es Paris, estás pillado por donde no suena, y es una pena; aquí le quitan los rasgos de cobardía que tenía en la Ilíada, y se agradece (aunque francamente, yo veo venir a Aquiles y también doy tres vueltas a las murallas de Troya... y más). Odiseo es Odiseo, y es mi amor tanto en versión literaria como en cine, así que no tuvieron que quitar ni añadir nada para ganarse mi corazón con él.

Agamenon es un impresentable espantoso, ambicioso, sin honor, celoso hasta el ridículo y tremendamente moderno. La adaptación al espíritu actual de la sociedad, que tan bien sienta a Paris (cobarde, idealista e incapaz de ver la realidad hasta casi el final), a Helena (que en esta versión no me resulta una persona espantosa, sólo digo eso) y a Briseida (transformada en persona, no sólo en ilusión erótico-festiva de Aquiles) no le queda nada bien a este personaje, que pasa a ser muy humano y muy, muy pequeñito en términos morales. Menelao... bien, es un hombre simple y de su época, y no puedo guardarle rencor.

Y sí, los que sean pro-clásicos pueden defenestrar la película, y con razones de sobra, ya que se salta varios puntos claves. Hay personajes que mueren y que en el clásico de Homero quedaban vivos; el final de Helena no tiene nada que ver con el original; la guerra dura días en vez de diez años.

Sinceramente, me importa un pepino. Es un peliculón, y me ha encantado.

No me puedo creer, insisto, que sea del mismo director que "La tormenta perfecta". Señor, señor...

P.D.: Ah, y para los que crean que el señor Petersen simplemente "pasó" de la mitología clásica, dos detalles para mí tremendamente sublimes, porque ni siquiera se molesta en explicarlos (quien sepa de cultura clásica y lo pille, bien, y si no ajo y agua...).

1) El arma de Apolo (y de su gemela Artemis, claro está) es el arco y flechas. Lo primero que hace Aquiles es violar un templo a Apolo y reírse del dios, creyéndose intocable por éste.
2) Cierto personaje, aparentemente "de paso", que sale al final y se lleva la espada de Troya junto a la frase "mientras esta espada esté en manos de un troyano, nuestro pueblo tendrá un futuro", se llama Eneas.

viernes, noviembre 04, 2011

Damisela en apuros


Bueno, no tengo mucho que añadir a la imagen... Es un esbozo a color de un pj, para ver qué aspecto tendría. Como no suelo hacerles tattoos a mis dibujos, es siempre un reto que no parezcan tener más relieve del debido, o a la inversa, que se superpongan tanto al resto de la figura que ésta quede bidimensional.

No ando descontenta del resultado, la verdad. Sí, la cintura es absolutamente imposible, pero como veréis por las orejas, no estamos hablando de un ser humano, así que he decidido ser muy Wendy Pini en ese aspecto y, cuando haga criaturas que no sean humanas, saltarme todo lo que convenga de anatomía para que no parezcan simplemente "personas con orejas".

Y sí, por eso mismo es verde también.

Otro dibujo para Changeling, y espero en breve empezar a postear los dibujos que debo (ya tengo varios a medias) y poderme dedicar a los míos, que gritan en mi mente "¡¡Libeeeranooooos!!"