sábado, mayo 24, 2014

Vecinos musicales

Todos hemos tenido de esos: vecinos que ponen la música a toda, la comparten contigo quieras o no, y te llenan la casa de ruido los fines de semana cuando te apetecería (o al menos, a mí me suele apetecer) algo de silencio.

En mi haber tengo haber sobrevivido al clásico "bakalaero", a uno aficionado al rap gitano, a los lolailos de toda la vida, y lo mejor o peor: a unos vecinos que decidieron que su vocación musical era la batería. No es cosa de risa, ya que tenían los exámenes justo al mismo tiempo que yo los míos, así que cuando más tenían que practicar era la época en que yo me encerraba en mi cuarto a estudiar. Nunca se me han dado bien las bibliotecas, me ponen tremendamente nerviosa y, pese a mi afición al silencio, me dan ganas de empezar a gritar al ver a tanta gente intentando callar cuando no paran de emitirse ruidos ahogados, como ese típico silencio antes de la tormenta. Pese a que la Universidad de Barcelona tiene una maravillosa, sólo durante mi época (breve) de doctorado fui capaz de frecuentarla con algún resultado. En general, siempre he preferido estar en mi propia habitación estudiando, con té caliente siempre disponible y un lavabo amistoso cercano. Pero con el patio de luces haciendo de caja de resonancia y el vecino practicando incansable con sus tambores y platillos, aquello era misión imposible.

Recuerdo con particular cariño que finalmente a mi hermano se le hincharon los que no suenan, y decidió actuar con la que sí suena: la trompeta. Así que cada vez que comenzaban los terribles compases, él interpretaba el toque de diana. Al final pillaron la indirecta y la tortura musical se mitigó.

Con el tiempo y las mudanzas he ido variando de acompañantes musicales, como ya he comentado más arriba. En la última casa en la que estuve no hubo de eso, y en ese sentido se estaba bastante tranquilo. Lástima que el piso fuera una cueva con forma de túnel, no hubiese apenas luz natural, el patio fuera un lodazal cada vez que lloviera y la humedad reinante hiciera impracticable el vivir con dos niños pequeños.

En mi actual morada tengo de nuevo a un vecino musical.

Le gustan los Beatles. Y la música decente en general.

¿A que es increíble?