lunes, agosto 09, 2004

ODA A LA PIZZA BARBACOA

Extraído de antiguos documentos de la época prehelénica, este texto llegó a mis manos de forma casual. Armada de un diccionario y mi escasa paciencia habitual, procedí a traducirlo, para gran escándalo de los vecinos, que eran receptores indirectos de mis maldiciones. Lamentablemente, el manuscrito original utilizaba el soporte físico de una tablilla de cera, que con estos calores quedó reducida a puro moco. Sólo queda en mi poder, pues, esta traducción en verso libre y papel cutre. Prescindiendo de todo egoísmo, he decidido presentar el resultado, ya que considero que cualquier documento de esta índole es patrimonio de la humanidad.

¡Oh, Musas, sed benignas con este poeta, concededme vuestras gracias!
¡Oh, Zeus, señor de dorados trono y risa, amo del rayo, sonríe a mis esfuerzos!
¡Oh, Atenea de ojos de lechuza, que tu sabiduría guíe mi mano!

(NdT: Seguía así durante rato, así que corté por lo sano; en serio, a estos griegos no hay quién los soporte. De nada)

¡Dejadme cantar las alabanzas de la Pizza Barbacoa, la de dorada mozzarela,
La de crujiente masa y sabrosa carne, la de agridulce salsa y porcino bacon!
Tú, Pizza Barbacoa, que al refuerzo de los agotados vienes, cuando el cansancio sobreviene,
Para aportar tus calorías a nuestros cuerpos cuando cocinar posible no es ya.
Tú que, en manos del alado mensajero, acudes a nuestra llamada,
Cual hombre núbil a la llamada del armado Eros y la dulce Afrodita,
Y sin más tardanza te pones a nuestro alcance para ayudarnos a reponer fuerzas
Para que podamos cumplir nuestro heroico destino sin temor al hambre de ansiosas manos.
¡Oh, déjame alabarte, deliciosa Pizza, que caliente y presta quedas a nuestro alcance,
Y con tu sacrificio nos restauras para que podamos hacer lo propio,
Enfrentarnos a ser devorados con el mismo admirable espíritu que tú
Por las fauces terribles de las Parcas!
Maravillosa Pizza Barbacoa...

Supongo que había más, pero la tablilla rindió el alma a los calores barceloninos. Aquí queda, sin embargo, este conmovedor canto para uso y disfrute de todos nosotros, eruditos o no. Si alguien encuentra una manera de versificarlo con medidas de pie etc, siempre puede pedirme ayuda para criticarle después.

¡Apa boines, no os olvidéis de respirar!

sábado, julio 31, 2004

DONDE HABITA EL OLVIDO

Hola otra vez.

Me he pasado una buena temporada absorta en mi pequeña vida, esa que no puedo llamar privada, excepto de eventos. Trabajo, trabajo, y más trabajo. Con este ritmo infernal, la gente se me enfada porque "paso de ellos", cuando la verdad es que ya apenas veo a nadie. Ni amigos, ni nada. De hecho, estoy segura de que veo más a mi jefe que a mi novio. A él le pasa igual. De nuevo, las maravillas de la independencia.

Y aquí me tenéis, aguantando el calor y ansiando vacaciones, que vamos a aprovechar mi tigre y yo para adecentar un poco el zulo en el que vivimos. Quién sabe, a lo mejor hasta compramos un sofá-cama, aprovechando la coyuntura. Si es que nos llega el dinero. Como decía Góngora, en uno de esos pocos poemas suyos nada enrevesados, "Poderoso caballero...". Sip.

De momento, la buena de Naga me ha enredado para que escriba en el foro en el que ella anda metida. Está gracioso, si no fuera por las sobredosis de azúcar de algunos autores (que se creen que moquearle a alguien la camisa demuestra lo torturados y profundos que son... Sí, lo sé, aún no he digerido esa escena, se siente). Por otro lado, ya en la vida real, me está matando la insistencia de una de mis compañeras de bombardearme con música de mierda todo el día. Que ganas tengo de que se case de una p"t# vez y deje el atentado musical cotidiano al que nos tiene sometidos, a mí y al encargado. Detesto a los cholos, lo siento, y más después de oír NO MENOS DE VEINTE VECES diarias "Por ti me casaré" y otras delicias. Aparte de Bisbal, claro. En serio, ¿nadie puede matarle? Me enteré por mi compañera, la Sirenita de la Pecera, que por lo visto, mientras a nivel internacional se considera la mejor canción "Yesterday", de los eternos Beatles, y en Inglaterra se reverencia cuidadosamente a los irlandeses U2 (no deja de ser gracioso... Lo mejor de UK es irlandés), aquí la más popular y votada es "Bulerías". Para echarse a llorar.

Ya continuaré escribiendo cuando me sienta mínimamente coherente. Hoy tampoco es mi día. Sigh, repito mucho eso últimamente, ¿verdad?

martes, mayo 18, 2004

ME ECHO DE MENOS

Vale, vale. Hace una barbaridad que no escribo. Lo sé.

Tengo dos posts escritos pero por pasar a limpio (uno llamado "Como ordeñar un brote de soja", o mi relato de la boda de uno de mis hermanos, y el otro que se llama "Aprendiz de Sísifo", o mis cuitas en el trabajo), y otro planeado. Lo que falta es tiempo, porque me he enganchado vilmente al chat y cada noche intercambio retazos de sub-literatura propia con una amiga. Tembién le paso dibujos, ojo. Que no carezco del todo de compasión. Y libros de verdad, de esos con cubiertas y todo (a pesar de que el cambio de manos las malgaste tanto que llegan a un punto de cuasi inexistencia). Y música, acabamos de retornar con fuerza a las composiciones de Yoko Kanno. Y verduladas de dudoso gusto. Porque soy yo.

En espera, que sepáis que estoy viva y más o menos bien, a pesar del trabajo de doce horas y los fines de semana alocados, de la Seguridad Social española (que no por nada comparte iniciales con la SS) que me tiene de vuelta y media desde hace un mes por unos malditos análisis, y de los borregos domésticos. Que las pelusas pronto empezarán la representación de Els Pastorets.

Así son las cosas. Cuanto más pequeñas, más tiernas, más suaves, más maravillosas (como decía Rosana). Yep. Patinó la neurona.

Ah, por cierto, Dummie, ya te escribiré en privado para lo del libro. Si lees esto, claro, puedes empezar tú...

Un kissito,

L Gato

lunes, abril 12, 2004

MORTE SUBITE

Hace ya una barbaridad que no posteo. Eso no quiere decir que no haya escrito, más bien al contrario: llevo un par de semanas chateando con Naga, reencontrada amistad de mis días de friki del Mercat, he intercambiando relatos al más puron estilo Space-Ópera con ella. Lo cierto es que la famosa partida de Calystea, esa que se celebró en Premià con un frío que pelaba el alma de los huesos, ha dado lugar a una prolífica etapa literaria. Oig, que cursi me ha quedado.

Me podría extender sobre los méritos de esas partidas, sobre las aventuras de Derkin con Muffy y Slak, sobre por qué los asesinos prefieren la leche a la cerveza (al más puro estilo Leon el Profesional, ahora que lo pienso) o por qué la ambigüedad sexual está de moda. Pero dejémoslo. Digamos que me lo paso bien escribiendo sobre mi nuevo personaje de Star Wars, que curiosamente, era un pregenerado (de esos que teóricamente, como no te lo has hecho tú, no va a ningún lado fuera de la partida para que se creó).

Yo, y mis arranques de inspiración. Dejé todo para hacer más y más dibujos de Jhael (mi pj), escribir relatos de Lyrara (el que ha acabado siendo el pj de Naga) y crearles un "pasado" a este desfasado grupo de aventureros, que más que de StarWars parecen haberse fugado de FarScape. Y ojo, que no me quejo.

Tras un fin de semana en el que por fin conseguimos reunirnos para continuar partida a pesar de inconvenientes varios como planes contradictorios, broncas entre nosotros, malhumor por mi parte (sí, soy una joya, lo sé) y que Calystea, bendita sea su alma despistada, se dejara las fichas en casa. Llevo UNO de esos findes locos, en los que apenas ves a tu pareja debido a planes varios, amigos con los que quedar, películas que ver, partidas que jugar, comidas por cocinar, suelos que barrer. Hoy lunes estaba tan acabada que me he acabado saltando la comida de familia por puro agotamiento.

Y qué bien se está en casita, caray. Mientras todo el mundo salía de Barcelona para matarse en algún accidente aprovechando la semana santa yo he resuelto temas pendientes y visto a viejos amigos. Me encanta viajar, ojo, pero creo que en cuatro días festivas aprovechas más el estar en casa que salir, y quedas más descansado. Ya me desquitaré por agosto, que tendré vacaciones de verdad.

De momento aquí estoy, con una copa que pone Morte Subite en las manos llena de zumo de tomate con un punto de pimienta y bayas, mascando hojas de menta y, en general, sintiendo que la vida es bella. Mañana de vuelta al trabajo, y a soportar la mierda de Bisbal. Sigh. Sólo me consuela pensar en cierta amiga mía que trabaja en la pecera, que es como llamamos a las oficinas de la fábrica (tienen cristal por todos lados, así que dan un poco la impresión de ser una), y que tiene unas reacciones al sol muy parecidas a Pau Zoto Zhan. Je.

Hala, hasta pronto. A ver cuando me da por colgar lo que he escrito en metros y demases, porque tengo dos posts más por pasar. Lo habría hecho hoy, pero estoy perra...

Viva el zumo de tomate, y los fines de semana entre amigotes. Saludos, Volca, Riohga, Petrus y pinchitos de pollo. Salve, Naga, Calystea y Ligigak, y las partidas con viejos sordos de curiosas mascotas. Viva el cine, y Sharu Khan, y los reencuentros con ex-compañeras de trabajo, y con mi rubia favorita.

Y gracias a quien sea que mi novio me aguanta el pendoneo.

sábado, marzo 13, 2004

VIERNES

Me levanté muy mal. Volver a madrugar es duro, después de la temporadita en paro, y más un viernes después de toda la semana acumulando sueño y con danza del vientre el jueves por la noche. Duermes cinco horas y a la calle. El hecho de saber que han muerto tantas personas en un atentado y que pretendían matar a más todavía (según me han dicho fuentes no autorizadas, lo que pretendían esos bestias era cargarse la estación de Atocha al completo, en hora punta cuando todos van a trabajar) tampoco pone de buen humor. Y saber que todos tus compañeros van a estar también a malas, menos. Hay días que la vida apesta, y lo único que te queda es autosugestionarte, repitiéndote la canción aquella de "Salgo, vuelve a ser viernes... Hoy es viernes y los sueños brillan más...". Cada uno se anima como puede, y a mí me animan los fines de semana, tragedias aparte. Antes votaba a los verdes (son los míos, aunque sé seguro que no van a ganar, no creo en milagros) pero este finde pienso votar a cualquiera que pueda echar a esos capullos del PP. O por lo menos, evitar que salgan con mayoría absoluta. Si en algo parecen habernos beneficiado como sociedad, es en el concienciarnos que el voto es un derecho a ejercer. No porque creas en ideales, me parece que a todos nos curaron de eso hace mucho, si no para instalar en el poder al menos malo, o por lo menos quitarle un máximo de poder al que sabes que es el peor.

El próximo viernes deseo estar aún peor y haber dormido aún menos: he quedado con las compañeras que si no sale el PP elegido, nos vamos de cervezas. Lo que no hayan hecho esta gente en estos años: chapapote, guerras donde no nos llamaban (separándonos además de la decisión uniforme europea, distanciándonos de la UE, si es que es pa cagalse y no limpialse), manipular la televisión hasta que sólo nos falta la musiquilla del Nodo, cabrearnos entre nosotros... Mi tigre dice que la única manera de conservar la unión española es votar a izquierdas, porque con las rencillas que provocan los de derechas todo el mundo va a querer independizarse de España, y vuelta al himno dels Segadors, y a la Rosa d'Avril Morena de la Serra, y a los nacionalimos del XIX. Paso atrás, mientras Europa intenta convertirse en unión nosotros nos arrancamos los pelos con el vecino. Para que vean. Para ser de derechas tienes que votar a izquierdas. Y no es que yo sea de derechas, ojo. Yo no creo en nadie, y menos en ideas, que me parecen una manera de esconder emociones y crear fanatismos de la nada. Aún menos creo en las personas, el poder corrompe, pero siempre intento votar al menos corrupto. Bueno, vale, además voto a los verdes porque me parece de sentido común conservar el lugar donde vives para que lo hereden, a la larga, tus hijos, aunque tomen tantas decisiones erróneas como el que más. Nadie es perfecto, y cuanto más poder tienes más se magnifican tus errores y a más gran escala repercuten. Sigh.

Vaya, y a mí que no me gusta hablar de política. Que cosas...

A todo esto, con mi mala leche de viernes, dormida y cansada, me levanto y veo un e-mail de Accel... Jesús, cuanto quiero a esta chica. Me iluminó la mañana, y buena falta me hacía para aguantar el día, como iban los clientes de a saco, cuando hicimos la parada en protesta a las doce, que veíamos a todo el mundo en la calle, el teléfono no paró de sonar ni un momento... Hay gente inconmovible. Por la noche tuve que llamarla, hay gente que se compromete a salvar el mundo y hay quien lo hace a pequeña escala, añadiendo una gotita de miel a tu día cuando te levantas y hasta el cielo es color plomo. Según ella, le devolví el favor al llamarla, pero de todas maneras voy a tratar de quedar más a menudo con ella y su hermano, los tengo muy olvidados (sobre todo a ella, por motivos personales míos, y es que puedo ser tan arbitraria, banal y rencorosa como cualquiera) y ambos son grandes personas.

Es la vida... Hasta que se acaba algún día. Aparte de grandes éxitos y grandes tragedias, la mayor parte del tiempo nuestros triunfos se basan sobre todo en cosas pequeñas. Y si te mueres, lo mejor es que no te pongan verde nada más meterte en la tumba, ¿no? Quiero decir, ya tendrás tiempo de que crezca la hierba. Aunque en mi caso eso no tiene sentido, yo quiero que me incineren. Menos líos. Y como mi amigo ficticio Miles Vorkosigan, odio el frío. Así que, ¿qué iba a hacer en mi féretro en invierno? Nada, nada, al fuego, que se queme todo, como en El Maestro y Margarita... Creo que estoy siendo morbosa. Que guay.

Sin más que decir, os dejor, cariños todos. Nos vemos, espero. Si es que no nos ponen una bomba en el metro. O nos cae una maceta en la cabeza. O nos atropella algún idiota bacalaero hinchado de pastillas cuando vayamos a por el pan.

Er... Eso. Buen fin de semana. Y a vivir, que son dos días. Mientras podamos.

lunes, marzo 08, 2004

ALGUNOS APUNTES SOBRE LA BELLEZA

Eso de que "sobre gustos no hay nada escrito" es una de las grandes mentiras que son de uso común hoy en día. Díganme si no que son todos esos libros del XIX y principios del XX como El Canon Occidental, La Crítica del Gusto, Sobre el Gusto, Sobre lo Sublime, Tratado del Gusto... Desde los romanos hasta los Románticos, pasando por toda la rigidez aparente del Clasicismo (mucho menos uniforme de lo que la gente suele creer, que parece que un siglo de historia del Arte se pueda resumir en una etiqueta) todos han querido aportar su granito de arena, desde el docere et delectare hasta la estética de la forma por la forma de un Flaubert. Sin ir más lejos, la mitad de la filosofía (o "el arte de llevar la contraria a lo que dijeron otros antes que yo") está basada en algun tipo de crítica de la percepción y la estética. Desengañémonos: no es sobre gustos nunca se haya escrito, de hecho se ha escrito demasiado. Y si no, intentad leeros la opinión que de ello tiene Kant: Este denso, y a menudo infumable autor (sólo superado, en mi opinión, por Lacan, el hombre más desordenado y pedante del Universo), dedica más de seiscientas páginas a la materia. Para lo que tiene que decir, que desgraciadamente no es que sea mucho, es que está muy mal explicado. Y luego dirán que Nietsche es complicado...

Parece que, a pesar del intento de uniformar el "canon" (o mejor dicho, a causa de ello), lo que se lleva, en última instancia, no deja de ser el "todo vale", como si el tosido de un tuberculoso tubiese el mismo valor que los escritos de Cervantes, o las rabietas de una solterona de cuarenta y muchos que acaba de recibir, de forma epifánica, la fastuosa revelación de que el sexo puede ser placentero. Luego se dice por ahí que el 99% de la Ciencia Ficción es basura, como si el resto de la Lliteratura (como dijo con mucha gracia uno de mis profesores, "la Literatura que un s'emporta per llegir al llit") fuese la repera. Desgraciadamente, el 99% de todo es una porquería. Que quieren que les diga, si todo el mundo escribiese igual de bien para mí no habría sido nada del otro mundo leer El Maestro y Margarita, o las obras de Borges. Supongo que lo que hace al Arte tan interesante es, en verdad, el contraste con el resto de la mediocridad del mundo, y perdonad que entre en modo Dios.

Hoy, entre platos que fregar (por mi tigre) y albóndigas que freír (por la loca que suscribe), mi maridico me preguntó qué libros me habían marcado más. Véase, que grandes influencias creía que me han dirigido más en mi forma de pensar. Lo cierto es que esto me ha hecho plantearme cuan profunda soy de verdad: para mí la lectura no deja de ser una experiencia estética. Me encanta leer, es cierto, pero soy capaz de devorar con la misma imparcialidad obras de supervivientes del Holocausto, el Príncipe de Maquiavelo, teatro de Óscar Wilde como diálogos de Platón o La Isla del Tesoro. En la música lo mismo, me lo paso bomba escuchando pop, aunque eso no quita que adore la música clásica y la ópera. No sé si lo que leo no me marca en absoluto, o lo hace a un nivel muy sutil, dotándome de una capacidad para la ironía y las vueltas de tuerca en las conversaciones. Parezco uno de esos nobles aburridos que tragaban de todo y se tiraban horas discutiendo banalidades... Y no es que el parecido me moleste, siempre he querido ser decadente, mi gran ilusión es ser indecentemente rica para poder pagarme una casa inmensa por la que pasear desnuda y cubierta en joyas. Me agobia una barbaridad elegir ropa por la mañana.

Me pregunto que clase de gusto frankesteniano poseo yo, que soy capaz de leer cómic, Literatura Clásica, disfrutar de ilustraciones comerciales y cuadros Barrocos y Románticos, apasionarme por la filosofía y algunas novelas rosas (confieso públicamente...), las películas de acción y las de Mamoru Oshii y otros locos del cine "con mensaje" (léase profundo)... Yo no debo ser muy normal, mis variopintas preferencias sólo pueden justificarse por la cantidad de información que hoy en día recibimos mientras nos formamos, pobres mentes en proceso de madurar (bueno, no todas) hacia una crítica edad adulta...

Eso, o será la esquizofrenia. Vaya usted a saber...

Hala, kissito, y no os olvidéis de respirar.

L Gato

sábado, marzo 06, 2004

PARA COGER EL RITMO...

Hola, mis niños.

Encontré trabajo. Al fin. Este mes podremos devolver dinero a papis y tíos, comer hasta fin de mes, pagar facturas. Cuanto había echado de menos todo eso. Partir gastos. Llamadme materialista, pero la disciplina franciscana no es para mí, sobre todo cuando no me permite comer regularmente y a mi gusto. Y soy agnóstica, así que no tiene mucho sentido el ayuno de penitencia. Creo que, además, aún no he hecho nada tan malo como eso.

Mi wonderfuloso nuevo trabajo consiste en ejercer de telefonista. No mata de emoción, lo sé. Lo que tiene de realmente bueno (a parte de cobrar a fin de mes, claro), es el ambiente, que es estupendo. Pero alguien debería prohibir a cierto rubio... No lo pasaba tan mal desde el pizzero de Vic. Y es que tiene unos prontos de Manolo dignos del Apolo de Eve no Musukotachi (Los Hijos de Eva... Gracias, Yatsu, nunca te agradeceré lo suficiente que me pasases esa serie), ya sé que no es muy habitual quedarse mirando a un hombre porque está maldiciendo el fax con voz suave, pero yo siempre he sido rarita, como si no lo supiérais. Los hombre de gafas que dan pinta de saber leer deberían ser ilegales. Espero que pronto mi amiga la traductora me pase esas tiras de Secretarias, he vuelto al mundo de las Administrativas, Recepcionistas, Telefonistas y otros pequeños monstruos innombrables y necesito reducir tensión.

Las chicas muy majas, eso sí. Por mi zona hay otra rubia (¡¡ESTOY RODEADA!!) estupenda, que sólo tiene un pequeño defecto en cuanto a mí respecta: como vuelva a oír el Bulería me hago terrorista para matar al jodido Bisbal. Creo que hay cierto varoncito en recepción que me secunda completamente. Como esto siga así, me traigo el Yunque de Crom, que nunca falla. Los clientes fliparían, pero no puede ser peor que el momento en que la gambé y conecté a dos clientes para que charlasen entre ellos mientras me peleaba a muerte con la centralita. Soy una pequeña bomba de relojería. Y las máquinas me odian, esas pequeñas monstruosidades inorgánicas rellenas de cable.

Pronto cogeré el ritmo, espero, y entonces podré volver a aterrar a clientes y jefes bailando sobre mesas, cantando "esa" canción (tú ya sabes cual, Nuri de mi alma y mi corazón...) y, en general, dejando de meter la pata involuntariamente para hacerlo conscientemente. Viva la esquizofrenia y otras artes menores. Nadie podrá quejarse de que trabajar conmigo es aburrido, aunque sea en un horario atroz de ocho de la mañana a siete y media de la tarde. Uh-oh, mejor no empiezo a quejarme ya, que sólo llevo dos días. La rubia insiste en que, teniendo en cuenta que acabo de empezar me defiendo muy bien, a pesar de que el jefe ya tuvo ocasión de gruñirme. Según una de las de contabilidad no hace falta tomárselo de forma personal, cada tanto elige un chivo expiatorio para sus arranques de malhumor. Así que me tendré que poner la piel de oveja (negra). Sólo espero no montar el número, que me dé en día sensible y me entre esa llorera odiosa mía. Detesto cuando estoy hormonal.

Hala, a vivir, que la vida es joven y yo soy bella. Y ahora que voy a ir agotada podré volver a lamentarme sobre mi escaso tiempo libre, cosa que todos sabéis que me encanta.

Jesús, lo que una hace por dinero...

martes, marzo 02, 2004

PUTO HOMBRE PERFECTO

Hola... Este post NO es biográfico. Es resultado de una encantadora tarde tomando té, recibiendo masajes y, en fin, siendo tratada como una reina por los Limpo Brothers, mientras el mayor me explicaba el método de creación de historial aleatorio de Cyber Punk. Me salió una negra preciosa de 28 años, hija de un mafioso, con dos ex novios y un actual, una isleña que la odia y... Un compromiso matrimonial. Dado que el carácter le había salido intelectual, frío e independiente y tendía a vestir de cuero y a manipular a todo el mundo (incluyendo a su hermano menor, que es uno de esos polis que se lo creen y además la adora como a una heroína), me resultó difícil imaginármela en pleno romance y feliz con el futuro matrimonio, sobre todo porque el chico no le conviene para nada: guapo, rico, listo y de buena familia... Así que me dió la vena de escribir esto. Primera persona, y una barbaridad de tacos por frase. Reíos mucho y perdonadme el lenguaje. Se supone que es la hija barriobajera de una familia mafiosa, no iba a hablar como una pudorosa doncella virginal, ¿no?

Saludos,

L Gato



Sí, desde luego, lo admito. Es el hombre de mi vida, ¿qué le vamos a hacer? Es inteligente, obviamente atractivo, caprichoso, temerario y testarudo, sociópata y, vaya usted a saber por qué, un romántico irredimible. Cree firmemente en la amistad y en el amor, a pesar de que no soporta a la mayoría del mundo, incluyendo a su familia y, en ocasiones, a sí mismo. Tiene más estilo en un dedo del que yo tengo en todo mi cuerpo. Y es rico, para acabar de arreglarlo. Joder, es el puto hombre perfecto.

Llevamos saliendo seis años. Todo nos va bien, muchas gracias. No le importa que sea la hija de un mafioso y una guarra manipuladora, fría e insensible. De hecho, creo que se la pone dura. Nos lo pasamos en grande, y creo que es la única persona en el mundo que no me miente y a la que no miento.

Vale, si me apuras mucho lo admitiré. Siento por él la palabra sin H, ¿de acuerdo? Lo raro es que es mutuo.

Pero eso no justifica para nada lo que hizo.

Maldito cabrón, no sé cómo voy a escapar de ésta. Lleva intentándolo desde hace cuatro años. Al principio pensé que iba en broma. Tendría que haber recordado que el Vicepresidente de Tiger Electronics S.A. no bromea. Dirige una corporación, y en cuestión de negocios no tiene sentido del humor. En absoluto. Así que pasé por alto el tema cuando tendría que haberle dado la patada en el culo sólo por insinuar algo así. Ya sé que es mi punto débil. No tengo por qué ir anunciándolo por el mundo, joder. Tendría que haber salido por patas, hombre perfecto o no. ¿Qué coño voy a hacer ahora?

Se aprovechó de que estaba agotada tras el asunto de HyperThronic, maldito bastardo. En aquel momento, muerta de cansancio como estaba, tras tres noches sin dormir, después de amenazar, extorsionar y disparar en ocasiones, después de la cacería de información y de una de las negociaciones más duras de mi vida, se me aparece ante la puerta y me suelta aquello a bocajarro. E insiste. E insiste. Y sigue insistiendo como siempre hace, cabezón como él sólo. Hijo de puta. Con tal de que me dejase en paz, en aquel momento le hubiese vendido mi alma, si es que tengo de eso.

Así que le dije que sí, medio dormida, pensando tan sólo en quitármelo de encima. Cabrón. ¿Qué voy a hacer? No me va a dejar echarme atrás ahora…

Yo quería lo de siempre, patear a mi papi por inútil, encontrar un marido que dirigiese el cotarro y me permitiese manejar los hilos en la sombra, que es lo que hace cualquiera con dos dedos de frente (nadie dirige sus balas al segundo de abordo, o a la esposa-premio del capo, ¡ja!), redirigir al capullo idealista de mi hermano, que no se entera de que la vida real no transcurre en DisneyWorld, tenerle a él de amante y conexión importante, seguir con mis chanchullos, quedar con el bueno de Enzo para unas copas e intercambiar información, cargarme en un lapso razonable a la perdedora de Pay Paya… Y va él y me jode los planes, puto jodido bastardo cabezón egoísta. Años de cuidadosa planificación a tomar por culo por ese idiota polinesio. No es que ahora no pueda conseguir mis objetivos, no soy ninguna inútil como esa chalada de su ex, pero me lo ha puesto difícil. Cabrón.

¿Tenía que obligarme a darle el sí, verdad?

Y ahora me voy a tener que casar con él. Joder, le odio.

Vale, lo otro también. Pero eso no quita que me ha jodido bien.

Hijo de puta. Esta me la vas a pagar.

domingo, febrero 29, 2004

NI FRÍO, NI CALOR


Los que no jugáis a Rol os váis a quedar a dos velas. Podría estarme un buen rato explicando términos, pero no vale la pena. Sencillamente, saltáos el primer párrafo y ya está. Nota aclaratoria: un munschkin es el clásico jugador que no cree en interpretación, sólo en ver cuantos bonus puede conseguir.


Hace una temporada, mi amiga Calysthea juró y perjuró que había dejado el Rol, al menos el directo. Entendámonos: que no le daba la gana ni jugar ni dirigir, cosa comprensible debido a los energúmenos tipo munschkin que merodean la mayoría de partidas; estaba con una frustración tremebunda porque no había manera de llevar una historia a buen puerto con jugadores cuya única pasión en la vida es el saja-raja y acumular puntos de experiencia. Así que cuando me anunció que este fin de semana dirigía en Premià, obviamente tuve que ir. Puedo resistir cualquier cosa, menos la tentación...

En Barcelona y alrededores hacía un sol que partía las piedras a la hora a la hora en que cogimos el tren con razonable retraso, por una vez sin ser culpa de Ligigak (cuyo fin en la vida parece ser comprobar cuan tarde puede llegar a una cita sin que le humille públicamente) si no de la inefable Renfe, que nos vino a demostrar la relatividad del tiempo y el espacio, por lo menos en cuanto a ellos concierne. No parecen creer en horarios, aún recuerdo el día que subiendo a Vic estube más de tres horas sentada en el vagón, cuando supuestamente hacía el recorrido en hora y media... Volviendo al tema, vista la previsión meteorológica (mirar por la ventana y gritar "hace calor"), fui normalita, jersey, camiseta, abrigo y bufanda. Nada de los calientapiernas que estratégicamente coloco por debajo de los pantalones cuando realmente hace frío, ni mi abrigo de peluche que me hace parecer un refugiado de Siberia, pero calienta como un microondas (sólo que de manera uniforme, claro). Craso error.

A mitad de la tarde, dentro del local donde se celebraba el encuentro de frikis roleros, yo ya había desistido de hacerme la valiente y me había puesto los guantes. La temperatura no cayó, se hizo paracaidista y se lanzó, olvidando el paracaídas. El pequeño detalle de que nuestra mesa estubiese justo al lado de la puerta ayudaba, claro. Nos dedicamos a jugar a Star Wars, ponernos morados de donettes y kinder y pasar frío.

Pero eso no fue nada; salimos, después de una partida bastante satisfactoria (aunque, como diría Ligigak, no explotó nada) y... Chicos, aquello era el séptimo infierno de Zandru. Rasca, frío, humedad ambiente del 150%. Decidimos refugiarnos en casa de Calysthea para charlar y estar calentitos hasta que pasase el tren. Cosa curiosa, en casa de esta chica también creen en la relatividad, cosa que demuestran teniendo distintos relojes a distintas horas. Tenía uno ante mis narices diseño Gaudí , así que ni se me pasó por la cabeza consultar mi móvil (es que mi reloj de pulsera tiene el cierre mal y no hay dinero para repararlo). Suerte que decidimos salir con diez minutos de adelanto para coger el tren con calma: si no nos hubiésemos perdido el bello espectáculo de la traicionera Renfe decidiendo, por una vez en la vida, cumplir horario a rajatabla... El tren pasó justo delante nuestro, por un pelo no lo cogimos, a pesar de la carrera escaleras arriba y escaleras abajo que nos pegamos hasta la estación. Nos quedamos viendo como se marchaba. Aplausos, telón, los payasos salgan a saludar.

Así que de vuelta a casa de nuestra hospitalaria amiga nos repartimos los asientos (haciendo alarde de desfachatez colonicé para mí sola todo el sofá y acabé quedándome dormida mientras Cal y Ligigak descuartizaban sus vidas), y a esperar el primer tren, que pasa a eso de las cinco. Esta vez salimos con tiempo de sobras y nos estubimos un buen rato mirando como rompían las olas contra el cemento de la estación. Las salpicaduras de espuma nos llegaban a la altura de los ojos. Impresionante, y eso que íbamos bastante dormidos y por lo menos yo tenía la sensibilildad poética de un nabo pasado. Emprendimos el regreso en el primer tren dirección Barcelona, hicimos transbordo en Sants, y apa tito... Cap a Igualada.

Llegamos a Hospitalet a eso de las seis. Era como en el chiste: "¿Qué? ¿Mucho frío?" "¡Qué va, cero grados! ¡Ni frío ni calor!". Aquello era tremebundo, a una le entraban ganas de hacerse cerillera. No lo pasaba tan mal desde que dejé el trabajo en Vic, con esas temperaturas punta de 3º a las nueve de la mañana.

Moraleja: la próxima vez que pase por Premià, aunque sea Junio y lleguemos a los 45º a la sombra me llevaré el abrigo gordo. Ande yo caliente...

Besazo,

L Gato que está triste y azul (de frío)

miércoles, febrero 25, 2004

TIEMPO LIBRE Y VIEJAS AMISTADES

Buenas, chiquitines.

Aquí estoy otra vez, de entrevista en entrevista y enganchada al infojobs y otras páginas de auto-ayuda personal (eso si que es terapia, y no el tai-chi...). La doble dirección de e-mail me está siendo de lo más útil para evitar spams y porquerías. La casa, por desgracia, hecha un jander, pero la cocina sigue mejorando: me sale un arroz Rissotto de la muerte (gracias, Nyuskita, por dejarme espiar mientras cocinabas), y estoy en plena negociación de intercambio de recetas con mi buen amigo el mercenario, pese a algunos comentarios personales de mal gusto por mi parte. Sorry, babe, sabes que tengo una boca metro tremebunda... Como es buena persona, seguimos quedando para comer (en su casa o en la mía) y hasta me deja jugar al DanceDance Revolution, cosa que hago con una falta de gracia que avergonzaría a las ocas del parque del Retiro. Ya de paso quemamos las calorías acumuladas por nuestras aventuras gastronómicas: hemos evolucionado desde la tortilla de patatas y la paella hasta el atascaburras y los medallones de cerdo con salsa de anchoa, que por cierto le salen de muerte al chico.

Así que ya véis, mi vida real sigue interfiriendo en mi vida ficticia que es un asco. Qué le vamos a hacer. Con tanto tiempo presuntamente libre tiendo a la depre, yo no nací para maruja -cada vez admiro más a las auténticas amas de casa, yo es que no puedo-, razón por la cual estoy buscando trabajo con tanto desespero. Y para desahogarme de la obligatoria tendencia marujil quedo con gente y diseño para mi hermanito, que ha pasado al estatus de hijo debido a las inclemencias del brainstorming en una tarde de sábado cualquiera. Cuando acabemos el juego de Rol que estamos haciendo a tres, él (aka Ena, el Errante), mi buena amiga Calystea (aka Tekno, diosa de la Ciencia) y yo (aka Hika, diosa de la Magia) ya entendréis de qué hablo... Ah, y esto va por ti, Ligigak: al cromosoma X se le cayó una patita, ¿VALE?

Lo bueno es que he podido quedar con personas a la que no veía desde hace siglos, o encontrármelos de casualidad en eventos a los que, de tener mis habituales horarios saturados, no habría podido asistir. Me ha hecho ilusión rencontrarme con gente que no esperaba ya volver a ver: ex-compañeras de trabajo (ésta va por vosotras, sé que estáis leyendo esto, mis Masqueperras) pasando por ex-compañeras de estudios, ex-novios de profundas carcajadas, antiguas amigas a las que no veía desde los tiempos en que pasaba de forma regular por el mercado de San Antonio (y ellas también), y otros grandes éxitos del momento. Estoy super contenta de volver a ver a todo este personal aparentemente desauciado de mi vida, pero que reaparecen entre bastidores para darme el diplosorpresauro del mes. Y es que el mundo es un teatro en el cual los actores visten la más cara del tiempooooo... Ops. Debo dejar de escuchar la BSO de Utena, los temas de los duelos me afectan.

Espero que esta vez nuestras respectivas direcciones y teléfonos no vuelvan a irse "dónde habita el olvido", que está lleno de tumbas repletas de telarañas y me da repelús. Mi aracnofobia remite, qué remedio, pero yo no me vuelvo a dar esos paseos por el castillo de Drácula.

Besitos, nenes. Y sí, es una indirecta para que me escribáis. ¿A qué soy sutil?

sábado, febrero 14, 2004

SAN VALENTÍN


Hola, petardos.

Llegó San Valentín. Y yo con estos pelos: sin trabajo, sin dinero, sin ná. Vale, sí, con pareja. Pero sin perspectiva de bombones. Así que estoy de mal humor.

Para celebrarlo, ahí va una foto de gato. Muy mono. Recuerda al mío, ¿eh? El pie de página era algo así como "Si yo quiero jugar... ¿Dónde está todo el mundo?". Nada, a ver si a base de vitaminas el mío crece igual y le da por cargarse l'Hospitalet. Me haría un favor, como el Jocántaro del Dummie.

Así que feliz San Valentín. Así os atragatéis con los bombones, vosotros que podéis.

martes, febrero 10, 2004

NEOPAGANISMO

Para mi gran tristeza, me han cerrado la floristería de al lado de casa. No es de extrañar, me parece que la única que compraba algo allí era yo, y una rosa cada dos semanas no da para pagar alquiler, impuestos, etc. Lo último que hice fue comprarles un ramo de margaritas (rosas no les quedaban) que, con loable visión de futuro y espíritu competitivo, se dedicaron a marchitarse entusiásticamente unas a otras hasta que sólo quedaron las más fuertes. Menos mal, porque el agua era un auténtico criadero de minimonstruos, y no sabía dónde poner mi pseudo-jarrón (una botella de fontvella cortada por la mitad), porque entre el gato, mis papeleos constantes y el cableado omnipresente aquella base inestable era una clara invitación al desastre.

Ahora me quedan cuatro flores medio muertas, con aire alicaído (como yo cuando toca lavar platos). Las he podido trasplantar sin grandes entusiasmos a un jarrón de verdad, pero ultra pequeño, de esos de diseño, muy bonitos pero que sólo sirven para una muestra mínima del mundo vegetal, y que servía de base a mis rosas solitarias. El chibi jarrón (regalo de Yatsu) ha podido volver a su lugar de siempre, junto a la pantalla del ordenador. Bien cerquita se encuentra la eterna vela que, para consolar mis tendencias pirómanas, enciendo todos los días.

Ése es mi rinconcito: mi ordenata, unos cuantos ratones de tela, un huevo anti-estrés (sí, tal como suena, me lo trajo un enanito veloz de un viaje), un jarrón con cuatro flores y la vela. De lo más pagano. Cualquier día mi altar a la ciencia moderna e internet tendrá una silla delante y todo. Ya será la pera. El milagro de la multiplicación de las sillas y los traseros sin magullar. Es lo bueno que tiene el Neopaganismo: ni tienes que hacer sacrificios ni exige que dejes tu espíritu cáustico fuera cuando tienes que "adorar" a Internet (que no a Bill Gates, mi cinismo no da para tanto), y además te permite jugar a aventuras gráficas, descargar música, hablar con gente y ver pelis.

En estos momentos, creo en la segunda venida del cable. Y líbranos de los cortes de luz, amén.

Un saludito,

L Gato

domingo, febrero 08, 2004

INCULTURA GENERAL

Bueno, con este acabo mis e-mails masivos. Éste no lo fue demasiado, se lo envié a Yatsu no Tôri y poco más, pero lo he comentado verbalmente más de una vez. Una de esas cosas qui me gratent. Toujours. Què hi farem, soy un pequeño monstruo sarcástico. Y estábamos a finales de diciembre, y yo con un gripazo. Parece mi estado permanente, ¿eh? He obviado la respuesta horrorizada de mi amiga la rubia.

INCULTURA GENERAL

Estaba alegremente buscando por internet algunos temas (el aria de la Reina de la Noche, el tema de la forja de Sigfrido), cuando llegué a las siguientes conclusiones:

a) La gente es inculta.
b) La gente no se molesta en informarse.
c) La expresión o frase hecha "contrastar información" no existe, en términos generales, puesto que estamos en una democracia y la mayoría siempre tiene razón. Ya se sabe, no hay verdades, sólo hechos relativos. "En este mundo infernal...".

En conclusión:

1- El Canon en D de Pachebel lo escribió, como su propio nombre indica, Mozart.
2- Carmina Burana, de Carl Off, obviamente fue compuesta por Wagner, y su única razón de existencia es haber sido utilizada como banda sonora de la película Excalibur. Jamás hubo ni habrá otra versión de Carmina Burana, por mucho que se base en textos medievales. Ah, y sólo consta de una pieza, el Fortuna Imperatrix Mundi, por supuesto.
3- Wagner, aparte de esta pieza, lo único que escribió fue la cabalgata de las walkirias (esas tías gordas y rubias). Sigfrido en la forja no existe. ¿Y de todas maneras, quién coño era Sigfrido?
4- Ravel compuso el bolero. En exclusiva. Nunca en toda su vida hizo nada más. Ningún otro compositor escribió boleros. ¿Vals? ¿Es que existe otro vals aparte del Danuvio azúl?

Cualquier persona que postule lo contrario a lo aquí citado no sólo estará demostrando su ignorancia, si no además un espíritu pedante y antidemocrático. Enterémonos: ésta es la era de la desinformación, por favor, poned al día vuestros conocimientos.

ZOOFILIA Y BAJADAS DE BRAGAS

El otro día mi marido bajó una de esas series memorables de Miyazaki (autor de Marco, Heidi, la Princesa Mononoke, Totoro y no sé cuantas series y películas más): Sherlock Holmes. Para gran carcajada de mi marido, yo solté una vez que esa serie era una incitación a la zoofilia: ¿perritos inteligentes, adorables solteros ingleses despistados, estilizados animalitos? Digan lo que quieran, tanto perro y tan majo no debe ser bueno para la educación sexual de nadie...

Para los puristas de la obra de Conan Doyle, el Sherlock de Miyazaki puede parecer un poco demasiado blando: lejos del heroinómano, misógino y snob gentleman inglés de las novelas, con su violín y sus modales lánguidos, el cánido protagonista de los dibujos animados es un ser adorable, un soltero desordenado y achuchable de mirada resuelta y con esa encantadora torpeza típica de los protagonistas de este director japonés. Watson está tan alejado del gordito torpe de las películas como del médico de guerra de las novelas, una persona realmente normal (es por ello que Sherlock lo aprecia tanto, porque le mantiene los pies en el suelo), que pasa de ser un solterón que comparte piso con el excéntrico Holmes a ser un hombre de familia tras enamorarse de una de las clientas, mientras que en la serie insisten en esa faceta enamoradiza del doctor, además de añadir una especie de competición amistosa por las atenciones de la despistada ama de llaves, cuando el Holmes original no se interesó por otra mujer que la que le batió en su propio juego, Irene Adler, "la mujer", como dice el propio Sherlock. Moriarti, lejos del villano misterioso y frío del original, es un archienemigo con todos los tics propios de un "malo" de la Hammer -de hecho, en algunas de las secuencias guarda un sospechoso parecido con el Drácula de Coppola-. Sherlock no va de traje, sino con la ya famosa pipa y gorra de las películas, que en las novelas no aparece por ningún lado...

A pesar de todo, y del carácter amable del que están dotados todos los personajes por igual, no deja de ser una serie de mucho nivel, Miyazaki en su más puro estado. El autor respeta algunos de los rasgos del personaje original (por ejemplo, ese comentario estrambótico de despedida una tarde: "espéreme para desayunar...."), añadiendo detalles de humor blanco porque, al fin y al cabo, no deja de ser una serie infantil. Una de las cosas que más gracia me hizo es el episodio en que Moriarti rapta al ama de llaves para atraer a Sherlock a una trampa. Premisa típica, si se quiere. Lo que no es tan típico (o más bien, sí que lo es, pero de las obras de Miyazaki) es la reacción de la secuestrada, que con considerable cachaza se dedica a arreglarle la casa al malhechor, en vez de actuar con histeria o montar un show de gritos, ganándose con ello a todos los "malos" (No vean la risa que me dió cuando, en una de esas escenas en que Moriarti se imagina una posible vida con ella, se les ve despidiéndose en la puerta: "Adiós, cariño, cuídate" "Sí, querida" "Y ten cuidado mientras conquistas el mundo..."). Según mi novio, un detalle de machismo japonés, el que la chica se ponga enseguida en modo "ama de casa". No sé qué decir, a mí hay cosas que me parecen mucho peores... Es una de las pocas veces en que una raptada no te hace entrar ganas de abofetearla. Es gracioso, pero ese machismo profundo de la mujer-ángel doméstico (como dicen las feministas) no me carga ni la mitad que esas mujeres teóricamente liberadas que, en cuanto dan muestras de saber hacer la "O" con un canuto todo el mundo pasa a admirarse de su inteligencia y valor, como si fueran perros de circo que han hecho una voltereta particularmente difícil. Por otro lado, cuando la niña de turno se histeriza, entran ganas de decirle al villano, en plan amistoso: "Oye, te invito a unas copas si la matas ya, así, de buen rollo...". Porque sabes que te van a amargar la película, o la serie, o la novela.

Puedo tolerar muchas cosas, incluso la pornografía injustificada -léase, por ejemplo, las secuelas de El Clan del Oso Cavernario- cuando leo una historia no ya buena, sino sencillamente entretenida. Pero una cosa que me revienta profundamente es esa princesita, o novia, o amiga, que sólo está en la historia para gritar, que la rapten y la salven. La histérica, bobalicona y totalmente insípida co-protagonista, o heroína, que te hace pensar qué rayos debe hacer para retener la atención del heroe, puesto que es obvio que no se trata de sexo (suelen ser tan puritanas como tontas); luego le echas un vistazo al protagonista, que es más simple que el mecanismo de un lápiz, y retiras la pregunta. Lo que haces entonces es preguntarte qué hace una persona supuestamente inteligente como el malo, con todos sus planes megalómanos y sus frases cortantes, perdiendo el tiempo con niñatos semejantes.

Aunque hay algo que me revienta mucho más que la tonta rescatable, a la que, al fin y al cabo, si no tiene más luces qué se le va a hacer (aparte de borrarla del mapa con premura, claro está). Me refiero a esa espantosa maniobra que Yatsu no Tôri dió en llamar "la bajada de bragas".

Imaginaos ahora al otro prototipo de mujer co-protagonista: ésa que es lista, fuerte y valiente, que no se detiene ante nada y que nos tiene a todos los espectadores de su lado, incondicionalmente. Suelen ser una de las malas, o bien una de esas nuevas protagonistas que se atan la manta a la cabeza y asumen aquello de "si quieres algo bien hecho...". Luego llega el gallardo protagonista, ése con enormes músculos y escasas neuronas... Y adiós. La chica se enamora y llega el momento cumbre: ¡bajada de bragas! La chica inteligente, independiente, etc. se convierte en chica rescatable. ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAARGH!!! Ejemplo bien claro de este tipo de chica es la compañera de James Bond en El Mañana Nunca Muere. Uno se pregunta qué hacía para acabar misiones antes de toparse con Bond, porque teniendo en cuenta que la salva ya no una, sino dos veces, es obvio que la teórica "profesional" no se sabe defender sola en el terreno del espionaje y compañía. Ni de vaina. Y es que para lo único que sirven estas señoritas es para la obligatoria "pelea de gatas" entre ellas y la mala, tan parecida a ellas, que se ha ido a la cama con el prota también y siente un provado fetichismo por los trajes ajustados y los tacones de aguja, tan prácticos para las peleas cuerpo a cuerpo. En serio que adoro a las mujeres guerreras: la mejor, estéticamente al menos, la famosa Red Sonja y su inefable biquini de mallas. Me parto de risa al pensar en los respingos que debía pegar al montar a caballo. Incluso el modelito de pieles de Belit era más lógico, al menos no tenía pretensiones de defensa, sólo de comodidad. Y es que son tan prácticas las armaduras con escote...

Para eso prefiero la señora tranquila, ama de casa, que por lo menos no se las da de aventurera (como nuestra amiga Minna de Drácula, que parece ser, como la definió una vez el Dummie, "la hermanita tonta de Rippley"), pero que no reacciona como una completa descerebrada. En serio, mejor una mujer que no pelea -porque en la vida diaria, la gente no suele hacerlo, no sé si se han dado cuenta-, pero que no está aquejada de gilipollitis terminal, que la guerrera rescatable con el síndrome de bajada de. Que las rescaten, pero que no griten. La actitud amable y despistada de la Sra. Hudson me parece genial, de veras. ¿Quién no esperaría tranquilamente el rescate en compañía de un malo tan abrazable como el Moriarti de Miyazaki? ¡Jajejijoju! Por algo digo yo que Sherlock Holmes incita a la zoofilia. Nunca vi tanto soltero desastre junto, tanto personaje adorable y encantador. Incluso ese Moriarti histérico y psicópata me gusta. ¡Incluso las rescatables no molestan! Esa si que es señal de maestría al contar una historia.

Y luego me preguntan cómo es que, a mi edad, sigo viendo dibujos animados. Sigh...

miércoles, febrero 04, 2004

VIDA ONÍRICA

Hoy he soñado una historia de amor. Y no, no me refiero a una de esas en que hombre macizo y gélido se refocila con una buenorra boba con escote hasta los pies. Lo cierto es que era una historia tan cotidiana que parecía real.

Yo paseaba por un parque, cuando un perro, uno de esos rubios de largas orejas (como Virus, el perro de la novia de mi hermano), se me vino encima con esa fiereza emotiva y babosa que caracteriza al amor a primera vista. Le saludé con caricias y palabras animosas. El dueño venía detrás, un señor mayor de aire picassiano. Traía también otro perro, negro y más grandote. Nos pusimos a charlar sobre todo y nada; no nos presentamos, sencillamente íbamos hablando mientras caminábamos, disfrutando del paisaje.

Recuerdo que yo llevaba el pelo corto, como a los quince años, tejanos grandotes de esos que heredaba, mi camisa a cuadros favorita y mi anorak morado con cuello de pelusa. Por aquel entonces no llevaba pendientes, y a menudo me confundían con un chico. El señor hablaba con voz algo cascada. Resulta que se dedicaba a pintar coches para las carreras, para que el dibujo les diese suerte. Hacía mucho que ninguno de los coches que él pintaba ganaba. Le hacía gracia el encuentro tan casual, tan misterioso y decidió tomarme por musa. No quiso ni preguntarme cómo me llamaba. Me senté delante de él. Él iba recitando mis supuestas virtudes y características, según él me veía. A cada una de ellas añadía una inicial al dibujo que se iba formando sobre el capó del coche, justo sobre el motor. Al poco se entreveía un óvalo, como la silueta de una cara hecha de letras.

"Más que una pintura, lo que ha hecho es poesía", bromeé yo.
"Tú eres la poesía. Yo sólo la escribo", respondió él con esa galantería pasada de moda de los sesentones de buena cuna.
Me levanté y le besé la mejilla.
"Eso es lo más bonito que me han dicho jamás".
"No es original..." dijo él, con una mirada entre asombrada y encantada.
"Lo sé, es de Bécquer" respondí. "Pero no quita que sea lo más bonito que me han dicho".
Recitamos juntos aquello de "¿Qué es poesía? Me preguntas..."

En un arranque de genialidad, firmó el dibujo "Gustavo Adolfo Bécquer" después de añadirle el diseño de dos ojos a la pintura acabada. Como en los barcos de los antiguos... ¿Eran los griegos? No me acuerdo. Para que le diese suerte y ganase la carrera.

Resumiendo, el coche no ganó, para gran frustación del buen señor, que me acusó de no ser buena musa. Me fui un poco triste a casa, y sin duda enfadada con él.

Al día siguiente nos volvimos a encontrar en el parque. Estaba muy contento, un representante vio la pintura y lo habían contratado para trabajar en Francia. Se iba a trabajar allí, así que se le había acabado el malvivir del paro. Nos despedimos con cariño, seguros de no volvernos a ver jamás, sin dejarnos las direcciones ni teléfonos de contacto, sabiendo que si nos volvíamos a encontrar sería sin magia, ni arte. A su edad, hay que permitirse la licencia de soñar, aunque sea a costa de perder contacto con la gente real. Hay una cierta cualidad de ensueño en lo que sabemos que jamás se repertirá. Sus perros me hicieron un show de entusiasmo y afecto animal, inocentes e ignorantes, saltarines y felices.

No quiso saber cómo me llamaba.

Y ahora llamadme cursi, panda de insensibles. Un saludo,

L Gato

CUCARACHAS Y MUNDOS FANTÁSTICOS

Este mensaje es de cuando tomé la resolución de irme del trabajo. Estaba tan estresada que hasta me peleaba con los vendedores de Kleenex en el tren. Y no, no es broma: Imagináos la siguiente escena. Yo, medio dormida como siempre, y con el consiguiente mal humor (me levanto tan mal que hago parecer a Herodes el Amigo de los Niños), y el clásico pesado. Como me ven cara de buena persona, se lían a insistirme. El día anterior había llegado a la empresa medio llorando después de descubrir que tenía cincuenta euros para pasar el mes. Así que le dije algo así como: "No. Fuera". El hombre se ofendió y empezó a refunfuñar sobre que no tenía trabajo, insultándome como hacen a veces cuando no consiguen sacarte nada, que si no me iba a morir por un euro de nada... Mi respuesta fue, en voz alta y clara: "Pues mire, a mí hace dos meses que no me pagan, ¿sabe?". Se quedó un poco parado el pobre, y susurró un: "bueno, bueno, no la tomes conmigo..." "Ni usted, conmigo" solté yo. Cuanto más enfadada estoy, más educada me vuelvo, vaya usted a saber por qué. No deja de ser triste, ofenderse por las tonterías que te suelta una persona que ni te conoce ni tiene medios, pero yo iba a mil... Y fue una especie de última gota. Al volver a casa escribí este mensaje -si fuese Baudelaire habría escrito "peguémosle a los pobres", pero mi talento no llega a tanto; y mi cinismo, tampoco-, después de uno de esos días en que mandarías todo al infierno encantada. Diez días más tarde presenté mi renuncia, y escribí el segundo el día que finalmente me fui de allí. Ahí van los dos mensajes: El rabioso y el melancólico...

CUCARACHAS Y MUNDOS FANTÁSTICOS

Hola de nuevo...

Todos los que me conocen saben que estoy cursando el doctorado. Tema: la Literatura Fantástica. Pues, últimamente, mi vida parece más fantástica que algunas de las lecturas que he hecho...

Para empezar: cualquier lunes me voy a levantar con antenas, como el pobre prota de la Metamorfosis. Mis relaciones con los funcionarios son cada día más Kafkianas. Diálogos de besugos, colas interminables, gente que te enchufa el tiru-liru del hilo musical a cada frase cuando llamas por teléfono, demoras de contratos de un mes, empleados de banco que sudan de hacer su trabajo, horarios que estimulan la esquizofrenia ("no, sólo tenemos hora de visita hasta las diez de la mañana...", "no, sólo aceptamos pagos los martes" "¡Pero si hoy es fecha límite!" "Ah, que quiere que le haga"), nóminas y pagos que no llegan, increíbles piruetas para saltarse la burocracia de la Universidad de Barcelona, e-mails sin respuesta como tristes botellas de náufragos eternos del mar de internet... ¡SOCORRO!

Y es que, como decía Mecano en Este chico es una joya, "YA NO PUEDO MÁS". Por Dios, en este país el papel es rey, no es que la pluma valga más que la espada, es que las toneladas de papeleos inútiles y las colas interminables, y los jefes que pasan de hacer su trabajo o de contestarte desaniman hasta al más aguerrido caballero de la mesa redonda. Y tampoco es que esté el ambiente para Morganas, por muy bruja que una sea no hay hechizo que soluciones este desorden. Y a lo mejor entonces me hacen darme de alta como Bruja Independiente... Que una es pobre pero honrá, pero pobre. Yo no puedo darme de alta de nada, que hasta Febrero (¿de qué año?) no hay dinero.

La incompetencia está de saldo, la gente no te hace caso y mis jefes viven en su maravilloso mundo propio, donde las facturas no existen, las fechas de entrega (propias) tampoco, y las ajenas son cumplidas a rajatabla, y cuando no te las dan aún más.

En fin, lo que no te mata te hace más fuerte.

Pero no os extrañéis si, cuando alguien me pregunta como estoy, respondo: "como una cucaracha". O como Gregorio Samsa, que es lo mismo pero más culto.

Besazo,


La Secretaria Salvaje


ÚLTIMO DÍA DE TRABAJO

Hoy fui por última vez a mi trabajo en Vic. Resulta un poco raro, realmente creo que voy a echar de menos algunas cosas, las paradas de tren que me sabía de memoria, el paisaje siempre cambiante, los ríos y sus crecidas, los eventuales gatos que veía por la ventanilla, las visitas a Gestoría, el Banco y a alguna tiendecita de allí, una de comics y la de fruta...

Me he ido para no volver. Como comentaba con una compañera, le cojes verdadera manía a subir a un sitio helado e inóspito como ese. Pero añoras las casas señoriales que se ven desde el tren, y la compañía. Y eso que hoy TODAVÍA he ido. Todo tenía sabor de despedida, y me ponía un poco nerviosa mi propio sentimentalismo. Casi me echo a llorar cuando Nuri, mi compañera de trabajo, tren, penas y enanitos veloces (no preguntéis...) me ha regalado un gatito de peluche... Creo que le llamaré Henry. O no.

Lo peor:
Lo mucho que voy a añorar a algunas personas, como el estupendo vendedor de comics, Toni de la Gestoría o mi inestimable Nuri. Sí, ya sé, con Nuri puedo quedar, pero no va a ser lo mismo que verla cada día. También está la certeza casi clínica de no cobrar, claro... 1700 y pico euros que no cuento con ver jamás.

Lo mejor:
Pensar que ya no me tocará madrugar, ni pasarme cuatro horas diarias en tránsito, ni sometida a las
inclemencias del tiempo. Las despedidas (me ha hecho su gracia ver que yo no era la única que se emocionaba como una ceporra...), el ver que algunos quieren seguir en contacto, las bromas y los pequeños detalles como el gato de peluche, el cómic que me regaló el de la tienda, el abrazo de Toni, las coñas del pizzero (cuyo defecto al fin conozco: ha trabajado en una inmobiliaria, lo cual significa que debe tener pocos escrúpulos; menos mal, empezaba a pensar que era demasiado perfecto...), etc.

Me siento horriblemente cursi, pero estupendamente querida. Gracias por aguantarme, a veces parece que hasta lo disfrutéis... Os quiero, gentes de mal vivir.

Creo que por fin podré ponerme a buscar trabajo y olvidarme de nervios, problemas de espalda y de estómago, y mis pequeñas depres. Yahoo.

Y ahora me voy a dormir. Mañana será otro día, y espero que mejor que éste... Por lo menos, espero estar un poquito menos emocional. Je, si es que es posible...

Tranquilos, ya pasó todo y ahora me dedico a buscar trabajo, a pequeños encarguitos, al doctorado, la limpieza, el solitario, el Loom y batear pingüinos. El paro es malo para la salud mental...

lunes, febrero 02, 2004

LEVÁNTATE Y ANDA

Dedicado a todos aquellos que creéis que limpiar es aburrido.

Mi casa: ése lugar al que volver cuando ya no queda nada que lo impida. Ése foso profundo... Vale, exagero. No me gusta mucho mi piso, tiene el suelo más feo del mundo, las baldosas de la cocina y el baño son una pesadilla surgida de los sesenta y las puertas carecen de picaportes, el super más próximo está a un cuarto de hora y el ascensor permanentemente en el sobreático (debe habitar allí una colonia de sub-saharianos apiñados en constante movimiento, o eso o hay un puticlub y yo no me he enterado), el agua tiene tanta cal que al hervirla hace una capa blanca, garantizada para dotar de cálculos renales al guapo que se atreva a beber de ella, el polvo entra constantemente por la ventana y por ello parece permanente sucia aunque acabes de barrer, sólo hay dos habitaciones exteriores y el pasillo es tan oscuro que parece estar susurrando simbolismos freudianos, y para colmo el baño y la cocina son zona cero permanente. Eso sí, es barata, y para lo que es, espaciosa. Jamás tendremos tiempo, o dinero, o ganas de arreglarla (es de alquiler, no hay nadie tan idiota en este mundo como para gastarse la pasta en acondicionar este antro para que luego le suban el alquiler y encontrarse en la calle), pero nos deja habitarla. Que ya es mucho, en estos tiempos de alquileres imposibles y paro de la mendas.

Este fin de semana nos habíamos hecho el firme propósito de limpiar, mi hombre y yo. Cómo no, los planes se nos fueron al agua: Su madre estaba en la ciudad y nos cayó encima la inevitable (aunque agradable) comida familiar, llegó a Barcelona una compañera de carrera de Palma de Mayorca y tenía que verla, me surgió un compromiso ineludible el sábado por la noche... De resultas, el domingo estaba hecha cisco (hay que tener en cuenta que esta semana, de carambola, me coincidió una de esas menstruaciones-monstruo con un febrón que me impedía andar recto, y no, no exagero), y no hubo Diox que se moviese. Él hizo lo que pudo por su parte, pero uno de los planes era colgar las estanterías de la cocina, que se ríen de nosotros mientras retozan por los suelos desde tiempos remotos y para eso se requiere ayuda. Y cualquiera me hacía moverme.

Hoy se me agotó la paciencia y entré en modo Berserk: armada de escoba y recogedor, me puse sargento total y expulsé hacia el cruel mundo basuril a la colonia de pelusas que me devolvía la mirada con aire rebelde. Dispuesta a hacer limpieza A FONDO, aparté el sillón y hasta escarbé debajo de los armarios negros del comedor. Se entabló una lucha de titanes entre el polvo milenario, los pececitos grises y yo. Tenían rehenes, y amenazaron liquidarlos si yo no cedía en mi empeño. Estoy segura de que planeaban escapar mientras un francotirador acababa conmigo...

No temáis, sigo viva, obviamente. Si no, no estaría escribiendo esto... Conseguí rescatar a los rehenes: varios bolígrafos (algunos todavía funcionan), un peine (recuerdo a mi marido preguntando dónde podía estar, hará una temporada), uno de mis pendientes (que me regalaron mis ex-compañeras de trabajo y, por tanto, de gran valor sentimental... Gracias, queridos enanitos veloces), dos gomas de borrar y una de pelo y... Como cincuenta mil pinzas. Creo que las raptaban para crear una ciudad bajo el armario con arquitectura alternativa de diseño. Al parecer alguien de esta casa pretendía tener suelo de madera en vez de ese horror de baldosas marrón oscuro con pintitas. No es que no me identifique con ese afán de re-decorar...

Si en algo me ha servido esta experiencia, es para decidir que la próxima vez que pase por el super (sí, ése que cae a un cuarto de hora) voy a comprar insecticida del bestia, de ése que no sobrevive ni un elefante, voy a encerrar al gato en una caja a prueba de desastre nuclear y entraré en modo nazi-cámara de gas. Cometeré genocidio con esas criaturas que cohabitan conmigo.

Que, si no, cualquier día miro a esas pelusas en proceso de adquirir vida inteligente y sistemas políticos alternativos, digo "levántate y anda"... Y andarán.

"¡El horror! ¡El horror!"

jueves, enero 29, 2004

EL PATÉ DE LA DISCORDIA Y OTROS CUENTOS

¡Hola otra vez! Err... ¿Alguien está leyendo esto? Bueno, sí, dos personas... Sigh.

De nuevo estoy aquí, después de dos días totalmente encamada por los peores motivos: resfriado más lo del mes. Odio ser mujer... Obviamente, nada de demasiado interés me ha pasado, excepto el desarrollo de una terrible adicción por los solitarios, que he descubierto que son terriblemente viciosos. ¡Otra cartita, marchaaaaaaaaaaaaaando! En fin, como decía mi abuela, más vale tener unos cuantos pequeños vicios evidentes que uno bien grande y secreto. Creo que de mis vicios todo el mundo está enterado... Y hablando de ello, he aquí otro: los gatos. Como esas pequeñas bestias peludas de aire desdeñoso sencillamente me enamoran, no puedo evitar escribir sobre ellas. Se me cuelan por todas partes, en especial en el corazón. Y de muestra, un botón: ahí va el e-mail masivo que envié a mis amigos, por allá por el 12 de Septiembre del 2003. Con todos ustedes...


EL PATÉ DE LA DISCORDIA Y OTROS CUENTOS


Basado, como siempre, en hechos reales. Si el anterior mensaje fue sobre mis aventuras con esa fauna conocida como buitragos (gracias, Yatsu no tôri, por el término; sabía que podía contar con tus excelentes dotes como traductora), éste trata de gatos. Los seres más bonitos del mundo, y de los que el Hospitalet, para mi inmenso deleite, parece estar lleno.

Que me vuelven loca los gatos es un tema fuera de discusión; basta mostrarme una imagen de un gato de cinco metros atacando un coche para arrancarme un sentido "¡¡¡Qué moooooono!!!". Puedo tirarme horas muertas mirando a las "vaquitas" de enfrente corretear por la fábrica derruida que hay bajo mi ventana. El primer dibujo de un hombre que me pareció atractivo era el famoso Hombre Tigre de Magic, con esas rayas por todo el cuerpo y dibujado por ese estupendo ilustrador que es Brom, al que agradezco que dibuje tíos tan sensuales comos sus mujeres. Con este dibujo en concreto me quedé una semana tonta, hasta que tuve el buen sentido de preguntarle a mi madre : "Mamá, ¿qué harías tú si tu marido se convirtiese en tigre una vez al mes?". Con cierta inocencia, yo había extrapolado al Hombre tigre con los más comunes Hombres Lobo. Mi madre, en un arranque de genialidad y con indudable sentido común, respondió sin inmutarse: "Mira, mientras no se hiciese pipí en las alfombras...". Puedo asegurar que mi fijación con cierto personaje pasó en aquel momento a mejor vida, entre estruendosas carcajadas. El dibujo, no obstante, me sigue pareciendo uno de los más sexys que he visto. Aún espero que esa carta llegue a mis manos...

Pero a lo que íbamos: me gustan los gatos. Me gustan mucho los gatos. Adoro a los gatos. Me gusta verlos corretear, agazapados al acecho, tendidos indolentemente al sol, paseando por la calle con una mirada de desprecio que deja chiquitos a los quiyos de barrio, incluso me gusta que me persiga por el pasillo el simulacro de gato que tengo, cazándome con fiereza los tobillos y tratando de lucir unos instintos de los que habitualmente carece. Muestra de lo mucho que me gustan es que siento afecto por el pequeño Cabrón (que es lo más parecido a un nombre que tiene; me niego a llamarlo "Gato" porque es muy poco felino, y si no decidme, ¿quién ha visto nunca un gato que caiga de lado?), a pesar de lo poco que hace por merecerlo, y de que ni siquiera ronronea. Yo insisto en que va a pilas: lo único normal que hace es comer y hacer caca, no ha hecho falta castrarlo porque nunca entra en celo ni marca territorio... Vale, eso es muy práctico, pero me da la deprimente sensación de estar viviendo en cierta novela de Phillip K. Dick...

Por suerte, para resarcirme de mi vida con el gato eléctrico (¿Sueñan los androides con gatos eléctricos?), por debajo de mi ventana existe una auténtica tierra prometida de los gatos, con los animalitos callejeros más saludables y bastardos que he visto jamás. No pasa un mes sin que una gata no pasee una inmensa panza, ni temporada sin que se los oiga discutir a maullido pelado, incluso tapan el ruido de las discusiones matrimonial-marujiles de mis vecinos. Toda la comunidad felina luce un pelaje blanco y negro que les ha valido la definición cariñosa de "vaquitas", salvo al papá grandote, que lleva el "macho alfa" escrito en la frente, que dirige ese cotarro patriarcal con garra de hierro, y al que llamamos, a secas, el "dinosaurio", no tanto por su edad como por lo inmenso de sus proporciones.

También tengo a la preciosa gatita negra que se cruza en mi camino cada vez que voy al trabajo para darme los buenos días y un poco de buena suerte, el "gato enmascarado" que vive junto a la iglesia, y tantos otros... Vamos, que vivo rodeada de gatos. Gatos grandes, gatos pequeños, gatos negros, gatos a rayas, vaquitas y dinosaurios, cachorros de gato y gatos centenarios, y un gato de imitación. Éste último, por cierto, pide comida cuando cocino pero luego no se la sabe comer, para mi gran desconsuelo. Lo único que devora con saña es el paté con el que acompaño, ocasionalmente, mis tostadas, un vicio de infancia que nunca me he quitado del todo.

Ayer, aprovechando que era fiesta (¿existe un Murfy para los gatos?), el pobre animal se quedó sin comida. Hoy nos ha echado una bronca de maullidos que derretiría el corazón más fiero, pero como somos unos vagos aun no hemos ido a comprarle suministros. Pobre. Con cierta compasión por sus descuidados motores, le ofrecí de mi propio paté (la Piara, que no es muy bueno, en mi humilde opinión). El gato se lió a lamerme el dedo con auténtica fruición (eso sí, Dios nos libre de que comiera del suelo, sólo de mis manos). Para demostrar lo contento que había quedado, me ha hecho una demostración erótico-festiva de su amor por mis zapatillas, ronroneo (¡¡¡ueeeee!!!) incluído... Si aún le enseñaré a ser gato y todo. Desde que vivo aquí, y me froto contra mi hombre, ha aprendido a frotarse él también...

Y entonces, me quedé con medio pote de paté en las manos y una terrible duda existencial: ¿qué hacer con el resto? Mi marido, con cara de certeza, me dijo: "no irás a comerte eso después de haber metido el dedo dentro..." No le respondí que eso era lo que pensaba hacer, teniendo en cuenta que no había metido ningún dedo babeado y que no sería la primera vez... Si no que me puse 100% hipócrita y respondí, en un hilo de voz: "¿Qué hago? Es que me da pena tirarlo...". Así comienza la deleitosa historia del Paté de la Discordia. "Glorioso Caos", y todo eso...

Con brazo certero se lo lancé a las vaquitas de abajo, pobres, no dejaban de mirar hacia las ventanas con una cara de hambre que daría vergüenza a un superviviente de Auschwitz. Pensando que, como tienen un jerarquía montada, encontrarían la forma de repartírselo...

Ja. La que se montó en segundos. He visto pirañas menos competitivas y ansiosas. Echaron a correr con tanto entusiasmo y liaron una tan grande que le dieron la vuelta al pote. Una de las vaquitas jóvenes se adueñó del tarro y se impuso incluso al imponente dinosaurio. Madre mía, qué espectáculo: un animalito de dos palmos manteniendo a raya a una comunidad de 15 gatos. Con dos cojones (o no). Tratando de darle la vuelta al tarro mientras peleaba fieramente por conservar esa diminuta reserva de paté. Devorando con un entusiasmo que rayaba en violencia todo lo que podía.

Ante esta muestra de combatividad, me he quedado pensativa: yo trataba de ser una benefactora, y me he convertido en la Eris de los gatos. Lo que lancé, sin duda, fue el Paté de la Discordia. La consecuencia fue una guerra tribal digna de una Troya felina, ruinas incluidas.

Creo que, la próxima vez, les arrojaré un caballo de madera. A lo mejor le dan algún uso, no sé...


Un beso,

La Secretaria Salvaje, aka L Gato, aka Eris

domingo, enero 25, 2004

SOBRE EL SEX-APPEAL DE BABEARSE EL HOMBRO

Antiguo e-mail enviado a todos mis amigos. Del 26 de Agosto del 2003.

Hoy voy a contar mis surrealistas experiencias en el tren a Vic, que como todos sabéis tomo cada mañana a horas indecentes para ir al trabajo. Carta abierta a quien quiera leerla. Está basada en hechos reales. No pido contribuciones, aunque buena falta me hacen. Que una es pobre pero honrá.


SOBRE EL SEX-APPEAL DE BABEARSE EL HOMBRO

Vale, no sé si soy yo. Puede que sí, pero últimamente no paro de encontrarme Don Juanes de baratillo inmigrantes en el tren. Son una nueva especie de buitre de ala ancha, que daría envidia al condor de la canción. Para ellos todo vale, desde el clásico "estudias o trabajas" hasta el más moderno "do you speack english?" o sus variantes nacionales. También es apta la mísera escusa de preguntarte por su parada, para después sentarse a tu lado, pobrecitos, que disimulo el suyo teniendo en cuenta que el tren sólo está vacío en un 98% de su capacidad. O dar muestras de exagerado entusiasmo cuando respondes en su idioma, alabando tu acento (cosa que deja aún más en evidencia sus intenciones, sobre todo teniendo en cuenta como hablo yo el francés; debería estar prohibido hacerle eso a un lenguaje...).

Con un exceso de buena fe, la que suscribe responde siempre a las demandas de auxilio de los extrangeros; he ejercido demasiadas veces de guiri y me he perdido por demasiadas calles extrañas como para no sentir una punzada de solidaridad por los pobres mansos en mi diminuto corazón de piedra (sí, ése que guardo en una cajita en el interior de un huevo, que está dentro de un pato, en el interior de una liebre que permanece en una isla más allá del horizonte, igualito que Koschey el esqueleto perpetuo -consultar obras folklóricas rusas-).

Así que soy un imán de machos no-hispanos. Guerps.

Hasta ahora no tenía yo nada en contra de los inmigrantes, todos somos humanos y otras gilipolleces pseudo-hippies. Pero esto ya pasa de castaño oscuro. En lo que va de mes me ha acosado un gili sud-americano, un francés me ha echado los tejos, un paki me ha pedido mi móvil y un africano matrimonio. ¿Están tratando de volverme intolerante o qué? La única intolerancia que yo había desarrollado era hacia la lactosa, pero es que ya está bien. Por no hablar del moro conjonciano ése que se negó a hablarme por el mero hecho de ser mujer. ¿Dónde quedó aquello de "donde fueres, haz lo que vieres"? Si yo fuera a su país seguro que tendría que ponerme chador "por respeto a sus costumbres", pero esa regla no se aplica a ellos, míralos que majos...

Ah, por no hablar de la propuesta que me hicieron ayer de paternidad conjunta. Así, como suena: se me sienta uno al lado (este era africano, y más negro que mi humor recién levantada, de verdad de la buena), y a bocajarro, sin más, me suelta un "me llamo Tonn". Pos que bien. "I love you", seriedad, Bárbara, que estos extranjeros son raritos, no lo ofendas, no te estreses, pasa de él... "I wanna have your baby". Vale. Gran carcajada (por mi parte, of course). Telón, y aplausos. Gracias, Tonn, por esta muestra de humanidad variopinta.

Todo este asunto me levantaría el ego si no fuera porque, realmente, es patético. ¿Tan desesperados van? Al fin y al cabo, no estoy tan buena. Sobre todo cuando tengo sueño y/o un mal día, que es, de un tiempo a esta parte, todos los días. Debe haber algo intrínsecamente sexy en el hecho de quedarse dormida con la boca abierta, que es en el estado que me suelen encontrar estos presuntos homínidos buitrescos. ¿Serán las babas al puro estilo perro perdiguero que, incesantes, brotan de mis labios abiertos cuando me quedo sopas por haber dormido sólo cinco horas?

Creo que tendré que conformarme con estas leyes de vida y adaptarme al nuevo ecosistema. Podría empezar a repartir tickets para mi futuro harén, o darles cita a todos el mismo día, a la misma hora, en el mismo lugar y no aparecer yo. Todos vestidos igual (¿es que se piensan que los voy a reconocer en mi habitual estado narcoléptico?), por supuesto. A lo mejor se matan entre ellos, o crean una liga de hombres infra-ordinarios. Que estoy harta de insultar a los pobres carroñeros comparándolos con este triste ejemplo de masculinidad itinerante.

¿Creéis que entonces podría dormir tranquila en el tren?

Un saludo,

L Gato

DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Hola. Soy yo otra vez. Bien, por el momento no tengo lectores (claro, acabo de empezar y no he enviado el link a ninguno de mis amigos, mira tú que curioso), pero de todos modos ahí va: mi declaración de intenciones.

1. Todo lo que escriba aquí va a ser cierto. Cosas de mi vida, de todos los días. Mi vida ficticia es cosa mía, y hablaré poco de ella, excepto para colgar algún escrito mío si me da por ahí.
2. No pienso escribir todos los días. Ni de vaina. ¿Para qué? Tampoco es que me pasen cosas interesantes todos los días, gracias a Diox. Sólo lo haré si se me ha ocurrido algo que yo considere que me haga reflexionar, o resulte divertido, o lo que sea.
3. Si esperáis encontrar alusiones a mi vida privada, váis dados. Para empezar, no tengo de eso, y para seguir, de nuevo, es cosa mía. No voy a colgar piques con mi novio, o la última cena de familia. Ni hablar. Me moriría de aburrimiento. Y probablemente, vosotros también.
4.Pondré títulos a mis posts. No por nada, así me centro más en el tema y no me voy tanto por las ramas. Que parece que tenga residencia permanente en los cerros de Úbeda...

Creo que eso es todo, por el momento... ¡Ah, sí! Como por ahora estoy en paro y salgo poco, de momento he pensado que colgaré aquí escritos previos, e-mails masivos que envié a mis amigos cuando no tenía blog. Irán con fecha, por aquello de que así se sabe de cuándo son. La gente se reía bastante con ellos, claro que ellos me conocen y saben a qué atenerse.

Yatta.

viernes, enero 23, 2004

Oe. Estreno blog, que ilusión. A saber qué tonterías se me van a ocurrir... Je, ahora que lo pienso, podré colgar mis fanfics. Pobres mis lectores, si es que acabo teniendo alguno...