sábado, septiembre 08, 2012

ROCKY BALBOA: Joer con el abuelo

Lo confieso: adoro las películas de abueletes (y pido desde ya disculpas a los puristas: no me refiero a abuelos realmente, de los que tienen nietos; uso la palabra con inexactitud, pero dado que también lo hicieron quienes tradujeron el título de El abuelo que saltó por la ventana y se largó me voy a dar ese gusto). Y no hablo a lo que hizo Eastwood con Sin Perdón (1992), una dolorosa puñalada al género del western con estilazo, interés y dramón. No, para nada. Me gustan las pelis de abuelos al estilo Adivina quién viene a cenar esta noche (1967), Vive como quieras (1938), Otra ciudad, otra ley (1986), o incluso si me apuran mucho, El león en invierno (1968).

Supongo que era como bastante inevitable que Rocky Balboa (2006), la última película de la saga Rocky (y espero que realmente sea la última, porque sale por la puerta grande), me enamorara también. Stallone hace una pequeña obra de arte intimista con combate épico pese a todo al final, con una óptica amable y costumbrista pero con dos cojones. Y no sólo por pintar a un personaje que vive en un retiro sin ambiciones, recordando a su difunta esposa con el amor aún romántico de un buen esposo y compañero de toda la vida, que está satisfecho y feliz con algo que muchos pintarían de situación mediocre rigiendo su restaurante tranquilamente y contando sus batallitas a una audiencia que le ha escuchado tantas veces que ya se sabe sus historias...

No, Stallone se ha ganado mi inmenso respeto y cariño eterno por hacer una película con alma. Los personajes que se preguntan el "¿por qué me ayudas?" chocan con una óptica sin dobleces de "¿Y por qué no?", y se agradece. El viejo Rocky no tiene ya mucho que ganar o que perder, pero ha tenido una buena vida, está relativamente satisfecho, y encara de frente aquello que todavía no le satisface, "calmando a la bestia". Y demostrando que incluso en el invierno de su vida, estando ya algo ido, expresándose con dificultades y suma incorreción gramatical (miraos el original y preparaos para que os sangren los oídos), y teniendo el perro más feo que pudo encontrar, se puede lograr ser positivo, no sólo para ti mismo sino para los demás.

A destacar el discurso que le suelta a su hijo, algo que todo padre debiera decir a un hijo en esa situación. Porque el "es difícil crecer a tu sombra" es, efectivamente, la excusa de los envidiosos, los mediocres y los cobardes.

Y a subrayar el hecho de que no hay "romance facilón", como mi marido creyó inicialmente que habría, y ni falta que hacía. Estamos hablando de un hombre ya tirando a acabado... pero que cumple consigo mismo hasta las últimas consecuencias, y que cuando en el tramo final de la película le ves la mirada, no ves a un viejecito mediocre del que burlarse, pese a que está viejo, hecho caldo, con la cara hinchada a puñetazos, y que anda medio ido.

No. Sigue siendo Rocky. "A fighter fights".

Stallone, te queremos. Sólo tengo un remordimiento tras verla: ¡Ojalá la hubiese visto en el cine!