miércoles, julio 12, 2017

¡Vivan los novios!

O cómo meterse en una boda de demonios y salir con la piel intacta después de destrozar la tarta y cargarse a la súcubo-sorpresa.

Desarrollo general, alguna foto es cacosa pero es más que nada para acordarme del proceso.
Versión B/N

Primera capa de color, definiendo el fondo ya que los lobos estaban más o menos claros. Por desgracia se ve la sombra del móvil.

Casi acabado. Aquí abandoné por ese día, eran las doce y tenía que ir a trabajar al día siguiente.

Resultado final, con algún brillo maldito por medio.

viernes, enero 13, 2017

Carrie Fisher y las princesas



Ya sabéis que a finales del 2016, el 27 de diciembre para ser concretos, murió Carrie Fisher. Esta actriz hizo grandes trabajos fuera y dentro de pantalla, se dedicó a plasmar el lado más oscuro de Hollywood y sus adicciones tras vivirlo en carne propia precisamente a causa de sus éxitos en pantalla, pero para bien o para mal para mí siempre fue la Princesa Leia. A su trabajo en las películas clásicas de La Guerra de las Galaxias debo el que cayera desde mi más tierna infancia el mito de la princesa pasiva, que espera ser rescatada de brazos cruzados. Tal vez no sea mérito suyo sino del guionista, pero lamento decir que la imagen icónica fue ella. Es triste que ese personaje, que tan constructivo resultó para mí y otros fans, de mujer fuerte y con iniciativa, fuera en parte lo que le destrozó la vida (morir de éxito se le llama), y dudo que a ella le agradara que se le recordara por ello, pero... plasmó algo único, a una edad muy temprana, y pienso que no es malo mandarle un último saludo en base a ello. A los guionistas se les agradece el trabajo, pero ella fue la encarnación de la destrucción de un mito malsano.

¿A qué me refiero con esto? Ya sabéis mi postura frente a las feministas extremas que buscan ofenderse ante cualquier indicio de "debilidad femenina" o pretendidos insultos. Toda postura extrema es, en última instancia, mala interpretación y mala educación, punto. Sin embargo, cabe remarcar que Leia rompía muchos tópicos de princesitas rescatables. Sí, en la primera película la rescatan, pero qué gran personaje es, que cuando se la llevan está criticando la falta de planes de sus teóricos salvadores, que toma ella misma las armas, que... qué caray, ha estado resistiendo tortura (física y química, por lo que se intuye) con tal de proteger secretos bélicos. Podía tener una posición social, podía ser una dama, pero tenía uñas y dientes, tenía cara y ojos, peleaba por sí misma, tenía todo lo que aprendí a esperar de un personaje femenino que pudiera gustarme. Esa "dama rescatable" amenaza en la tercera película con un detonador termal al villano más repulsivo (en un ámbito muy sexual, debo indicar) de la saga, inicia el rescate de su amor, es "hecha prisionera" en un amplio plan que culmina con ella estrangulando a dicho villano acosador... Sinceramente me encantaba.

Kira, la bellísima marioneta de Jim Henson

De pequeña ella, junto con Sarah de Dentro del Laberinto y Kira de Cristal Oscuro me parecían el colmo de la belleza. Agradezco esa visión ingenua, ya que con el tiempo te das cuenta de que aunque las dos actrices y la marioneta tenían sus imperfecciones estéticas (o, como diría Jane Austen, "más de un fallo de simetría en su figura"), lo que realmente me atraía de ellas era sus personalidades, la forma en que se enfrentaban a situaciones e incluso tomaban el control de ellas. Los ochenta fueron una época maravillosa para crecer en ese sentido, con figuras femeninas que auguraban lo que podía ser y no fue. Luego todo se sexualizó y las mujeres quisieron ser hombres, y perdimos mucho de lo ganado, ya que derecho a voto, igualdad de oportunidades y paridad de sueldos no es lo mismo que ser iguales a los hombres en otros aspectos. En ese sentido, doy toda la razón al dicho francés: Vive la difference! Ni soy un hombre, ni quiero serlo. Lo que quiero es equidad, que es otro tema completamente diferente.


La culminación de la destrucción de la "princesa rescatable" (que ojo, en otras historias como Caballeros del Zodíaco no sólo estaba presente, sino bien rozagante y en la misma época aproximadamente) vendría definitivamente para mí en la cultura pop con la muy posterior Utena, donde se hace una deconstrucción total del cuento de la princesa y el príncipe que la rescata. La rotura del cliché de la princesita viene con un refuerzo aparente inicial debido a la figura completamente pasiva de Anthy, totalmente expuesta y dispuesta a ser rescatada y rescatable, pero que a medida que se enfrenta a la protagonista Utena, como amiga, como rival amorosa, como puñalera (literal y figuradamente) por la espalda, te desmonta poco a poco el tópico hasta el esplendoroso, metafórico y agridulce final. A quien me diga que Utena y Anthy no son lesbianas, les daré la razón: no lo son, son bisexuales y además están muy confusas, algo muy propio de la edad en que se descubren el sexo, las relaciones y las preferencias sexuales. Pero que haya quien quiera transformar su relación en algo meramente platónico y amistoso me parece absurdo y algo insultante, ya que creo que si la persona a la que dices amar no es también tu mejor amigo y quien mejor te comprende, mal vamos... En mi opinión, da igual el sexo de la persona a quien quieras, lo importante es la complicidad, la relación trabajada, el amor en todos los sentidos, y en ese sentido Utena es la mejor muestra posible de una relación difícil trabajada desde todos los ángulos y que pasa por todos los altibajos, puntos negros y traiciones posibles... Y sin embargo, funciona porque se quiere hacer funcionar, y porque lo sano es que acabe funcionando. Aunque no es, ni mucho menos, sólo una historia de amor. El amor está presente en muchos aspectos, tanto los correctos como los malsanos, tanto los heterosexuales como los homosexuales, y es en cierto sentido el centro de la historia porque es su motor, pero ni de lejos es el único tema tratado en esta maravillosa metáfora sobre el crecer y encontrarse a uno mismo, en la que la atracción por el otro tiene que estar presente por fuerza (es una de las cosas que nos hace madurar, qué le vamos a hacer), es uno de los temas principales, pero que lo que realmente importa es el madurar y el ser uno mismo... Sea eso lo que sea, seas quien seas.

Pero me salgo del tema... Buen viaje, Princesa Leia. No pude escribir una despedida adecuada en su momento, por tenerme la vida real demasiado ajetreada, pero siempre viajarás a través de las estrellas conmigo, durante mi vida, en mi corazón. Con una pistola láser en las manos y un comentario sarcástico en los labios. Todos te queremos.