lunes, agosto 06, 2012

Día de mierda

Mi nene está en perfecto estado de salud estomacal, no cabe duda. De vez en cuando lo estás sosteniendo en brazos, viva imagen de la maternidad satisfecha y algo kitsch... y suelta sus deposiciones. Una marea de cacota vil que te reconcilia con el mundo y alrededores. Empiezo a sospechar que convertirte en padre o madre te dota de un humor especial. Y de muestra, un botón:

Hoy estaba con mi marido relajadamente en la cama, con el niño encima pataleando y haciendo sus ruidos, cuando el nene ha hecho uso de su prerrogativa, y a lo grande.

-¡Ostras! -he exclamado yo-. ¡Se ha cagado en su madre!

Chiste malo, sí, al que han seguido diálogos como los que ahora ilustro. Cubierta de caca amarillenta muy láctea, he dado la alarma para que mi marido cogiera el nene y corriera a cambiarlo mientras yo me limpiaba con unos cuantos kleeneex para evitar males mayores. Al acabar, voy con mi marido, que andaba limpiando el culete del niño, y le digo:

-Cielo, pásame una toallita dodot, por favor... -me la tiende, le miro y añado-. Limpia, por favor.

En su entusiasmo, me acababa de dar la que estaba usando para retirar los excesos expresivos del bebé.

-Cariño, esto es increíble -me informa-. ¡Bebé se ha cargado el 3D!

-Absorción 3D las narices...

-Bueno, al menos no tendrás que volver a padecer Avatar...

Y es que no hay mal que por bien no venga. Resulta que el nene nos ha salido crítico de cine, mire usted...

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