Vale, vale. Hace una barbaridad que no escribo. Lo sé.
Tengo dos posts escritos pero por pasar a limpio (uno llamado "Como ordeñar un brote de soja", o mi relato de la boda de uno de mis hermanos, y el otro que se llama "Aprendiz de Sísifo", o mis cuitas en el trabajo), y otro planeado. Lo que falta es tiempo, porque me he enganchado vilmente al chat y cada noche intercambio retazos de sub-literatura propia con una amiga. Tembién le paso dibujos, ojo. Que no carezco del todo de compasión. Y libros de verdad, de esos con cubiertas y todo (a pesar de que el cambio de manos las malgaste tanto que llegan a un punto de cuasi inexistencia). Y música, acabamos de retornar con fuerza a las composiciones de Yoko Kanno. Y verduladas de dudoso gusto. Porque soy yo.
En espera, que sepáis que estoy viva y más o menos bien, a pesar del trabajo de doce horas y los fines de semana alocados, de la Seguridad Social española (que no por nada comparte iniciales con la SS) que me tiene de vuelta y media desde hace un mes por unos malditos análisis, y de los borregos domésticos. Que las pelusas pronto empezarán la representación de Els Pastorets.
Así son las cosas. Cuanto más pequeñas, más tiernas, más suaves, más maravillosas (como decía Rosana). Yep. Patinó la neurona.
Ah, por cierto, Dummie, ya te escribiré en privado para lo del libro. Si lees esto, claro, puedes empezar tú...
Un kissito,
L Gato
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