Hace ya una barbaridad que no posteo. Eso no quiere decir que no haya escrito, más bien al contrario: llevo un par de semanas chateando con Naga, reencontrada amistad de mis días de friki del Mercat, he intercambiando relatos al más puron estilo Space-Ópera con ella. Lo cierto es que la famosa partida de Calystea, esa que se celebró en Premià con un frío que pelaba el alma de los huesos, ha dado lugar a una prolífica etapa literaria. Oig, que cursi me ha quedado.
Me podría extender sobre los méritos de esas partidas, sobre las aventuras de Derkin con Muffy y Slak, sobre por qué los asesinos prefieren la leche a la cerveza (al más puro estilo Leon el Profesional, ahora que lo pienso) o por qué la ambigüedad sexual está de moda. Pero dejémoslo. Digamos que me lo paso bien escribiendo sobre mi nuevo personaje de Star Wars, que curiosamente, era un pregenerado (de esos que teóricamente, como no te lo has hecho tú, no va a ningún lado fuera de la partida para que se creó).
Yo, y mis arranques de inspiración. Dejé todo para hacer más y más dibujos de Jhael (mi pj), escribir relatos de Lyrara (el que ha acabado siendo el pj de Naga) y crearles un "pasado" a este desfasado grupo de aventureros, que más que de StarWars parecen haberse fugado de FarScape. Y ojo, que no me quejo.
Tras un fin de semana en el que por fin conseguimos reunirnos para continuar partida a pesar de inconvenientes varios como planes contradictorios, broncas entre nosotros, malhumor por mi parte (sí, soy una joya, lo sé) y que Calystea, bendita sea su alma despistada, se dejara las fichas en casa. Llevo UNO de esos findes locos, en los que apenas ves a tu pareja debido a planes varios, amigos con los que quedar, películas que ver, partidas que jugar, comidas por cocinar, suelos que barrer. Hoy lunes estaba tan acabada que me he acabado saltando la comida de familia por puro agotamiento.
Y qué bien se está en casita, caray. Mientras todo el mundo salía de Barcelona para matarse en algún accidente aprovechando la semana santa yo he resuelto temas pendientes y visto a viejos amigos. Me encanta viajar, ojo, pero creo que en cuatro días festivas aprovechas más el estar en casa que salir, y quedas más descansado. Ya me desquitaré por agosto, que tendré vacaciones de verdad.
De momento aquí estoy, con una copa que pone Morte Subite en las manos llena de zumo de tomate con un punto de pimienta y bayas, mascando hojas de menta y, en general, sintiendo que la vida es bella. Mañana de vuelta al trabajo, y a soportar la mierda de Bisbal. Sigh. Sólo me consuela pensar en cierta amiga mía que trabaja en la pecera, que es como llamamos a las oficinas de la fábrica (tienen cristal por todos lados, así que dan un poco la impresión de ser una), y que tiene unas reacciones al sol muy parecidas a Pau Zoto Zhan. Je.
Hala, hasta pronto. A ver cuando me da por colgar lo que he escrito en metros y demases, porque tengo dos posts más por pasar. Lo habría hecho hoy, pero estoy perra...
Viva el zumo de tomate, y los fines de semana entre amigotes. Saludos, Volca, Riohga, Petrus y pinchitos de pollo. Salve, Naga, Calystea y Ligigak, y las partidas con viejos sordos de curiosas mascotas. Viva el cine, y Sharu Khan, y los reencuentros con ex-compañeras de trabajo, y con mi rubia favorita.
Y gracias a quien sea que mi novio me aguanta el pendoneo.
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