sábado, agosto 20, 2011

Que no, que no...

... Que no soy fan de Juego de Tronos. De hecho, cada día estoy más convencida de que soy la anti-fan de esa serie que a todo el mundo le encanta tanto, para mi absoluta sorpresa. Yo la odio de corazón, en parte por algunos calcos que le hace a Añoranzas y Pesares de Tad Williams (descaradísimos, además), en parte porque (confieso) me aburrí como los koalas leyéndola. No he visto novelas más previsibles, con finales más cantados, y para colmo, lo que les pase a los protagonistas me la trae al pairo, no me despiertan la más mínima empatía. Vamos, empiezas a leer y dices: éste muere, a éste le va a pasar esto y lo otro, etc. Y todo se cumple. Me sentía pitonisa, pero lo peor de todo no es eso. A veces tienes una novela previsible, pero lees porque los pjs te gustan. Aquí ni eso, son todos idiotas o malvados, o muchas veces las dos cosas. Creo que el único que me cae mínimamente bien es Tyrion, que es un calco medieval de Miles Vorkosigan (esas novelas sí me gustan, ¿ven...? No soy tan difícil de contentar), pero que es el pj puteable de las novelas. Vamos, no lees pensando: ¿qué le va a pasar?, sino pensando: ¿qué MÁS le va a pasar?

Entre eso, los pjs que se dedican estúpidamente a andar en círculos sin aprender jamás de errores propios o ajenos (salvo Jaimie Lannister, mira tú... ¿por qué los dos pjs salvables son de la misma familia?), y que te hacen bostezar de puro aburrimiento... porque vamos, no es que temas por sus vidas, es que sabes perfectamente desde las primeras páginas quién va a morir y quién no, y por qué causa. Eso y el que el autor sea, en mi opinión , un misógino de cuidado (el único pj femenino casi decente es Daenerys, y le hace pasar las de Caín... otra como Tyrion, vamos), y que las novelas son un plagio apenas velado de Añoranzas y Pesares, reconocido por el propio autor (que vino a decir que hasta que no leyó la obra de Tad Williams no creyó que se pudiera escribir fantasía "adulta") hacen que en general me provoque una reacción de repelús y asco a partes iguales.

Que sí, que están entretenidas. Como ver un accidente. Aunque sospecho cuál va a ser el final de la saga, sobre todo si sigue en la corriente Tad Williamsera... no quiero espoilear Añoranzas y Pesares (que sí me gustó un montón), así que no haré el paralelismo evidente. Para el lector avisado, sin embargo, diré dos palabras: Jon Nieve, ¿hijo de Ned Stark, o de su hermana...? A buen entendedor...

Menos mal que hicieron el juego de rol y los juegos de mesa, estupendísimos subproductos a los que se puede sacar mucho jugo y horas de diversión. Y la serie, por los de Roma. Demostrando, de nuevo, que se puede hacer buena filmografía con un guión básico mediocre. Vamos, lo mismo que la quinta película de Harry Potter, que conseguía que el protagonista te diera lástima en vez de ganas de patearlo, y que tenía intriga en vez de provocar sopor como la novela.

Cada vez que veo a otro fan de Canción de Hielo y Fuego me siento vagamente irritada. A ver, que no pueden saber lo del plagio porque no todo el mundo ha dedicado media infancia a leer Fantasy como yo (que soy una friki). Que no pueden verse los finales cantadísimos porque no todo el mundo lee tanto, a secas, como yo (el leer te desarrolla facilidad para prever finales si son lógicos, con raras y agradables excepciones). Pero esa pasión por el folletín fácil de telenovela basura mezclado con gore... supongo que no soy lo bastante mainstream, ok. Y aparte me aburren los pjs, lo siento, no puedo con ellos. Por mí la novela podría acabar con los Otros rebentándolo todo con una bomba nuclear y reiniciando la vida desde las amebas y mi única reacción sería levantar una ceja y decir: anda, esto sí no me lo esperaba, ¿ve usted...?

Vamos, que no me gusta Canción de Hielo y Fuego. Que me parece un calco infame, un subproducto menor, una de esas obras de éxito que nunca llegaré a comprender por qué triunfan.

Y al que no le convenzan mis argumentos:
-El Trono de Hierro, peligroso e incómodo, me recuerda (no sé por qué) al famoso Trono de Huesos de Dragón.
-El invierno de ocho años que se acerca, mire usted, me recuerda al invierno eterno de Ineluki, El Rey de la Tormenta. ¡Qué cosas! También traía cosas extrañas con él.
-El pj de Jon Nieve, que empieza con catorce añitos si no me falla la memoria, tiene paralelismos evidentes con Simón Cabezahueca, uno de los protagonistas de Añoranzas y Pesares... también catorceañero él al empezar su saga, mira tú.
-El prólogo de Juego de Tronos me recuerda muchísimo al prólogo creo que es de la segunda novela de Añoranzas, en que a un pobre cura lo enganchan las Nornas, criaturas encantadoras y vagamente alienígenas.
-Tyrion es el primo gafe y medieval de Miles Vorkosigan, otro enano genial.
-Sansa, Arya y Brienne parecen un despliegue del pj de la pobre princesa Maegwyn.
-Daenerys... es una mezcla curiosa entre Vorzheva, la novieta de Josua el Manco, Alejandro Magno y la princesa Miriamele.
-Los Otros parecen una alegre mezcla de Nornas con extraterrestres de Spielberg, pero con espadas robadas de La Guerra de las Galaxias.
-Los lobos como acompañantes no sólo aparecen en Añoranzas y Pesares (Qantaqa, la loba de Biniki); también podría hacer un paralelismo con el clásico ElfQuest (que tiene mis años), en que una tribu entera tiene como compañeros, y en cierta medida extensión de la propia personalidad (¡ahem!) a estas encantadoras criaturas.

Y lo dejo ya, tras este despliegue de frikismo extremo.

Que no, que no. Que no me gusta Canción de Hielo y Fuego.

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