martes, agosto 30, 2011

Dibujos de 10 minutos


Como tengo encargos y dibujos elaborados pendientes, estos días no me veo con ánimos de plantearme nada demasiado costoso en términos de tiempo e inspiración; me aguardan demasiados proyectos inacabados, y francamente me gustaría quitármelos de encima ANTES que ponerme con cosas nuevas.

Así que no dibujo mucho. O mejor dicho, me dedico a cosas que pueda terminar de una sentada, dibujos "de diez minutos", que les llamo yo. El tipo de obra que es coger lápiz, marranear, pintar con copics o con tinta china, o a lápiz de toda la vida, y fuera.

Luego lo escaneo y marraneo un rato por photoshop, rapidito, o monto varios, y voilà:

Un encantador tribal cthullesco

Nueva variante de duende doméstico: la MomoCiss, conocida en su país de origen como Yoko

Puede que no lo parezca, pero en serio... todos fueron dibujos rápidos y luego montaje más rápido todavía (con las siluetas de fondo sacadas de internet, vamos, mayor vagancia imposible)

Eso es todo.

¡Eco!

sábado, agosto 20, 2011

Que no, que no...

... Que no soy fan de Juego de Tronos. De hecho, cada día estoy más convencida de que soy la anti-fan de esa serie que a todo el mundo le encanta tanto, para mi absoluta sorpresa. Yo la odio de corazón, en parte por algunos calcos que le hace a Añoranzas y Pesares de Tad Williams (descaradísimos, además), en parte porque (confieso) me aburrí como los koalas leyéndola. No he visto novelas más previsibles, con finales más cantados, y para colmo, lo que les pase a los protagonistas me la trae al pairo, no me despiertan la más mínima empatía. Vamos, empiezas a leer y dices: éste muere, a éste le va a pasar esto y lo otro, etc. Y todo se cumple. Me sentía pitonisa, pero lo peor de todo no es eso. A veces tienes una novela previsible, pero lees porque los pjs te gustan. Aquí ni eso, son todos idiotas o malvados, o muchas veces las dos cosas. Creo que el único que me cae mínimamente bien es Tyrion, que es un calco medieval de Miles Vorkosigan (esas novelas sí me gustan, ¿ven...? No soy tan difícil de contentar), pero que es el pj puteable de las novelas. Vamos, no lees pensando: ¿qué le va a pasar?, sino pensando: ¿qué MÁS le va a pasar?

Entre eso, los pjs que se dedican estúpidamente a andar en círculos sin aprender jamás de errores propios o ajenos (salvo Jaimie Lannister, mira tú... ¿por qué los dos pjs salvables son de la misma familia?), y que te hacen bostezar de puro aburrimiento... porque vamos, no es que temas por sus vidas, es que sabes perfectamente desde las primeras páginas quién va a morir y quién no, y por qué causa. Eso y el que el autor sea, en mi opinión , un misógino de cuidado (el único pj femenino casi decente es Daenerys, y le hace pasar las de Caín... otra como Tyrion, vamos), y que las novelas son un plagio apenas velado de Añoranzas y Pesares, reconocido por el propio autor (que vino a decir que hasta que no leyó la obra de Tad Williams no creyó que se pudiera escribir fantasía "adulta") hacen que en general me provoque una reacción de repelús y asco a partes iguales.

Que sí, que están entretenidas. Como ver un accidente. Aunque sospecho cuál va a ser el final de la saga, sobre todo si sigue en la corriente Tad Williamsera... no quiero espoilear Añoranzas y Pesares (que sí me gustó un montón), así que no haré el paralelismo evidente. Para el lector avisado, sin embargo, diré dos palabras: Jon Nieve, ¿hijo de Ned Stark, o de su hermana...? A buen entendedor...

Menos mal que hicieron el juego de rol y los juegos de mesa, estupendísimos subproductos a los que se puede sacar mucho jugo y horas de diversión. Y la serie, por los de Roma. Demostrando, de nuevo, que se puede hacer buena filmografía con un guión básico mediocre. Vamos, lo mismo que la quinta película de Harry Potter, que conseguía que el protagonista te diera lástima en vez de ganas de patearlo, y que tenía intriga en vez de provocar sopor como la novela.

Cada vez que veo a otro fan de Canción de Hielo y Fuego me siento vagamente irritada. A ver, que no pueden saber lo del plagio porque no todo el mundo ha dedicado media infancia a leer Fantasy como yo (que soy una friki). Que no pueden verse los finales cantadísimos porque no todo el mundo lee tanto, a secas, como yo (el leer te desarrolla facilidad para prever finales si son lógicos, con raras y agradables excepciones). Pero esa pasión por el folletín fácil de telenovela basura mezclado con gore... supongo que no soy lo bastante mainstream, ok. Y aparte me aburren los pjs, lo siento, no puedo con ellos. Por mí la novela podría acabar con los Otros rebentándolo todo con una bomba nuclear y reiniciando la vida desde las amebas y mi única reacción sería levantar una ceja y decir: anda, esto sí no me lo esperaba, ¿ve usted...?

Vamos, que no me gusta Canción de Hielo y Fuego. Que me parece un calco infame, un subproducto menor, una de esas obras de éxito que nunca llegaré a comprender por qué triunfan.

Y al que no le convenzan mis argumentos:
-El Trono de Hierro, peligroso e incómodo, me recuerda (no sé por qué) al famoso Trono de Huesos de Dragón.
-El invierno de ocho años que se acerca, mire usted, me recuerda al invierno eterno de Ineluki, El Rey de la Tormenta. ¡Qué cosas! También traía cosas extrañas con él.
-El pj de Jon Nieve, que empieza con catorce añitos si no me falla la memoria, tiene paralelismos evidentes con Simón Cabezahueca, uno de los protagonistas de Añoranzas y Pesares... también catorceañero él al empezar su saga, mira tú.
-El prólogo de Juego de Tronos me recuerda muchísimo al prólogo creo que es de la segunda novela de Añoranzas, en que a un pobre cura lo enganchan las Nornas, criaturas encantadoras y vagamente alienígenas.
-Tyrion es el primo gafe y medieval de Miles Vorkosigan, otro enano genial.
-Sansa, Arya y Brienne parecen un despliegue del pj de la pobre princesa Maegwyn.
-Daenerys... es una mezcla curiosa entre Vorzheva, la novieta de Josua el Manco, Alejandro Magno y la princesa Miriamele.
-Los Otros parecen una alegre mezcla de Nornas con extraterrestres de Spielberg, pero con espadas robadas de La Guerra de las Galaxias.
-Los lobos como acompañantes no sólo aparecen en Añoranzas y Pesares (Qantaqa, la loba de Biniki); también podría hacer un paralelismo con el clásico ElfQuest (que tiene mis años), en que una tribu entera tiene como compañeros, y en cierta medida extensión de la propia personalidad (¡ahem!) a estas encantadoras criaturas.

Y lo dejo ya, tras este despliegue de frikismo extremo.

Que no, que no. Que no me gusta Canción de Hielo y Fuego.

domingo, agosto 07, 2011

El truco final -the Prestige-

Aunque pueda parecer lo contrario, en este caso los traductores españoles no se fumaron nada a la hora de crear el título: the Prestige es el acto final de un truco de magia, jerga de ilusionistas. Traducirlo como "el final del truco" desde luego resultaba poco efectista, así que la alternativa no les quedó tan mal, no.

Una película sobre la magia, la ciencia, la magia de la ciencia y los monstruos. No me malinterpretéis... no los monstruos de la Hammer (parece que le tenga manía a la Hammer... no es así, pero todos me entendéis cuando me refiero a ellos así, ¿verdad?), no al monstruo maquillado y con postizos... sino al monstruo de la envidia, al monstruo de la obsesión, al monstruo del perfeccionismo. Al monstruo humano, a fin de cuentas, y al que puede usar pelucas, maquillaje y postizos, pero no por ello deja de ser la misma persona que es sin todo ello.

Hoy día tenemos el paladar tan quemado para el horror y el miedo que es difícil que una película nos afecte. Y sin embargo, el Truco Final consigue calarte profundamente, no por los pequeños milagros científicos (o no) que la pueblan, sino por el profundo abismo que muestra en la naturaleza humana. Dos personas obsesionadas con una rivalidad, dos ilusionistas profesionales que quieren ser los mejores, dos personas que abandonan amores, familias, ética, para subirse a la chepa de su rival. Gente que muere por esas obsesiones, y sin embargo ninguno de los dos abandona la carrera.

Me ha encantado esta película por diversos motivos: su deliberada ambigüedad (no voy a comentar nada al respecto, porque os destrozaría el guión), su cuidada trama que no es para nada tramposa (te dan pistas sobre todo lo que ocurre, otra cosa es que tú quieras o no verlo), sus personajes enormes, y... los actorazos. ¡Qué actorazos! Un reparto de lujo para una historia bien montada, con efectos especiales adecuados, y con un final tremendo.

Con guión y dirección de un ágil e inteligente Christopher Nolan, no es una película para románticos. Algunos le reprochan precisamente su falta de sentimentalismo, tachándola de "sin corazón", pero no creo que sea así. Hay amores, hay romance, pero el problema es que las obsesiones rebasan con mucho el amor. A quien quiere buscar en el amor la redención final de los pecados y flaquezas humanas, no le va a gustar esta película; a quien entiende que el monstruo más grande esté en la propia mente humana y que en ocasiones el amor no es suficiente para nadie, le puede gustar.

Para acabar de rematar, tiene un reparto de lujo: Michael Caine, Hugh Jackman, Christian Bale y David Bowie en un papel breve, pero impactante, como Tesla, el único "mago" real de toda la historia.

Un guión inteligente e intrincado, con una visión bastante negativa pero demasiado ajustada de ciertas formas de ser. Tal vez no convenza por su frialdad, pero es lo que más me encandiló a mí: la monstruosidad de la ambición mostrada sin ambajes, sin coloreados idealistas, contrastada con la fragilidad de los pocos personajes realmente sensibles representados por Michael Caine, la niña que hace de hija de Christian Bale, y los tres personajes femeninos que sí, son personas y no meros arquetipos para justificar la historia de odios y rivalidades de Jackman y Bale. Incluso Scarlett Johansson me gustó, y eso es todo un mérito. No me suele gustar esa actriz por su manía de posar con la boca perpetuamente abierta (cara de muñeca hinchable, que le llamo yo), pero hay que decir que cuando la buena de Scarlett se pone, se pone. El calentar braguetas masculinas es aparte. A mí me parece fea salvo por su estupendo trasero, pero ya sé que el público no comparte mi opinión, así que...

En fin. Que me ha gustado mucho. Actores de lujo, guión inteligente y sin concesiones, niños que no se hacen insoportables ni ñoños, Tesla, ilusionistas y... presten atención.

¡Abracadabra!