UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

Estos días ando loca con las entrevistas de trabajo; de veras, están todos locos. Te dicen que sí, que seguro que te pillan (y te lo dicen ellos mismos, no en la agencia intermediaria) y luego se olvidan de llamarte, mientras el curriculum sigue teóricamente "pendiente". Claro, eso es un no, pero los tres primeros días te los pasas mirando al teléfono con ojos de cordero degollado, que parece que le esté pidiendo plan al móvil (que por otro lado es muy bonito, todo hay que decirlo).

Por otro lado, aquí acabando un encargo de póster, que el dinero no aprieta, sólo se añora a estas alturas de la vida. Con dos pruebas y muchas dudas, y algún que otro retoque, que amenizan la vida. De los dibujos más burros que he hecho, todo alegría y camioneta (que creo que me quedó sorprendentemente bien para ser la primera que dibujo y esas cosas...).

León, joven caballero

Y de postre, ahí va mi nuevo y más recientemente estrenado personaje: León, el joven caballero. Pelo oscuro, estatura tirando a baja, ojos castaños y personalidad un poco demasiado recta para los tiempos que corren. Y es que es malo creerse lo de la Caballería. Así le va al pobre ahora mismo, con un brazo menos, sin piel, ni orejas, ni pelo, ni gran parte de las piernas. Todo por enfrentarse a un dragón y proteger a su Señor, como hacen los caballeros de verdad.

¡Yo quiero mis orejas de vuelta!